Si eres un asiduo de nuestro blog, las palabras retronasal y retrogusto te sonarán bastante, ya que en nuestra trilogía de la cata de vinos hablamos un poco de ellas.
Hoy en Decantare vamos a explicaros qué son, en qué se diferencian y por qué es importante diferenciarlas a la hora de probar un vino.
Muchos piensan que los conceptos retronasal y retrogusto tienen el mismo significado con un nombre diferente pero aunque sea un error común, no deja de ser un error.
En el aspecto técnico, el retrogusto son todas las sensaciones -como el aroma, sabores y textura- que te aporta el vino una vez te lo has bebido. Por eso, también se le puede llamar postgusto.
El retrogusto es un concepto que engloba muchas más facetas y matices que las sensaciones nasales que percibimos a la hora de probar un vino.
El postgusto o retrogusto es una cualidad que tenemos en nuestra boca de la que podríamos hablar días y días. Nuestra boca no solo está hecha para percibir el gusto de las cosas, sino que en ella podemos percibir infinidad de sensaciones como el tacto, que nos permite notar la temperatura, alcohol, picor, sequedad, etc.
Por otro lado, retronasal engloba las sensaciones y aromas que suben a nuestra nariz una vez hayamos ingerido el vino. En esta fase se pueden percibir nuevos olores y matices que has podido no notar en la cata del vino.
Podemos decir que cuando hacemos referencia al retrogusto, este incluye las sensaciones retronasales, entre otras.
Igualmente, si aún no tienes muy claro cómo diferenciar cada una una de estas fases, no te compliques. Los vinos están para saborearlos y disfrutarlos con la mejor compañía posible.
Así que no dudes en hacer las mejores catas de vino con amigos con Decantare, tu tienda de vino online.
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