El post de hoy es de los explicativos. Muchas veces me preguntan ¿por qué un gel y no una crema? y la verdad es que hay muchas respuestas posibles, pero me voy a centrar en lo básico: por la textura.
La textura de una crema es la que puede hacer que la ames o la odies. Una persona con piel grasa va a odiar un bálsamo y se va a sentir en las nubes con un gel, más allá de los ingredientes que lleve. Es por eso que a la hora de buscar un producto que cumpla con las necesidades de nuestra piel/edad (lo principal a la hora de comprar) también tenemos que prestar atención a la bendita textura.
Empezando desde la izquierda hasta la derecha:
Suero, gel, loción, crema y bálsamo. (si, hay muchas más, como la crema-gel, el suero-tirando-a-loción y demás híbridos del marketing, pero tampoco quiero hacer una lista kilométrica).
- Suero: su textura es acuosa y bien ligera, se absorbe casi inmediatamente. Es para todo tipo de pieles por el concepto del producto (concentrado de ingredientes), pero quienes tengan piel grasa van a sentirse en el paraíso.
- Gel: tiene un poco más de cuerpo que el suero, su textura es más bien gelatinosa y no tan acuosa. Penetra bien rápido y generalmente deja la piel con un acabado mate. Es la textura para pieles grasas, pero también es lo mejor para climas cálidos o personas a las que no les gusta ponerse cremas porque casi ni se sienten. Las personas con pieles secas deberían evitarlas porque les puede generar una sensación de tirantez.
- Loción: muchos productos que dicen llamarse "sueros" tienen esta textura; es como una crema híper líquida, que también se absorbe rápidamente. Muchas veces son oil free. Es la opción del gel para pieles secas porque no la deja tirante.
- Crema: la mayor parte de los productos de tratamiento tienen esta textura, bien untuosa. Algunas tardan en absorberse y pueden dejar una leve película sobre la piel.
- Bálsamos: Tienen una textura bien densa, hasta es posible que sea un poco difícil de esparcir. Es un producto con mucho cuerpo y bien untuoso. Son la mejor opción para las pieles con mayor necesidad de hidratación y para climas fríos porque forma una película. No es lo mejor para pieles grasas por la densidad y el brillo que dejan, pero las pieles secas van a amar este tipo de productos.
Y también de la textura depende el orden en que van a colocarse en la cara. Entonces, si tenemos varios productos en nuestra rutina vamos a ordenarlos según la densidad: Por ejemplo, primero el suero, después una loción y por último una crema; siempre recordando el mantra "desde lo más liviano a lo más denso".
Si quieren leer un poco más sobre los ingredientes que necesita la piel, cómo determinar qué tipo de piel tienen y demás, les cuento que pueden leer sobre eso en los posts con la etiqueta Beauty School.