El apóstol Pedro en esta primera carta tenía un propósito y era animar a estos cristianos que se habían convertido del paganismo, a permanecer firmes en Dios a pesar de la difícil situación por la que estaban pasando.
Hoy día, esta carta sigue en pie para nosotros, animándonos a no desfallecer, a no perder la fe, en estos momentos en que el mundo esta tan revolucionado, hay caos y corrupción en los distintas esferas del gobierno en todo el mundo, guerras, terrorismo, pobreza extrema en los países tercermundistas, el mal uso de los recursos naturales, el recalentamiento de la tierra, problemas sociales de toda índole, la no libertad para predicar el evangelio, la guerra de las religiones, que de una u otra manera repercuten en nuestro entorno personal y familiar, esto sumado a las aflicciones y quebrantos a nivel personal. No permitamos que esta serie de dificultades nos aparten de nuestro Eterno y fiel Dios.
Ahora si nosotros estamos en Cristo, y sufrimos todos estos padecimientos firmes en nuestra fe, nos preguntamos qué será del impio y pecador?
"Si sois vituperados por el nombre de Cristo, sois bienaventurados, porque el glorioso Espíritu de Dios reposa sobre vosotros. Ciertamente, de parte de ellos, él es blasfemado, pero por vosotros es glorificado" (1 Pedro 4: 14)
Bendiciones.