Pondré dos ejemplos absurdos pero que para mi son representativos. Recuerdo que un par de amigos, hace tiempo, afirmaban con rotundidad que jamás tendrían uno de esos "teléfonos del infierno" llamados smartphones, porque ellos lo único que querían con un teléfono móvil era llamar por teléfono, y que para eso les valía también un zapatófono.
Supongo que esa gente también negaría la mayor a la hora de pasar del teléfono analógico y de cable al digital, o incluso al teléfono móvil. Suelen ser gente inmovilista por definición. Gente con aversión al cambio, que se siente cómoda en su zona de confort y ni siquiera tienen curiosidad por aprender cosas nuevas.
El segundo ejemplo se parece bastante, pero puedo comprenderlo algo mejor. Es el caso de la gente que te dice que jamás tendrá Facebook, ni ninguna otra red social. Lo entiendo y respeto, pero para nada lo comparto. Básicamente porque es una postura inmovilista. Porque los tiempos cambian, y las comunicaciones cambian también. Del mismo modo que hace años llamábamos al teléfono fijo de la casa de nuestros amigos y preguntábamos por ellos, hoy en día nadie llama a los teléfonos fijos, porque puede hacerlo al móvil.
Y lo mismo ocurre para compartir nuestras experiencias. Nadie escribe cartas para contarle a tus amigos cómo fue tu último verano. Recuerdo cuando vine a Madrid a estudiar con 18 años, que me escribía con Greñas y con Mon, con mis padres y hermanos... e incluso con mi abuela. Y no hace mcuho descubrí muchas de esas cartas, que leí con nostalgia.
Pero todo eso pasó. Ahora compartimos de otro modo. Compartimos en las redes sociales. Lo digital está aquí, y no hay marcha atrás, así que conviene que estés al día. El digital business ha venido para quedarse. Ahora decide qué es lo que quieres para ti. Quedarte para ver cómo te pasa todo por encima o subirte al carro