A lo largo de mi trayectoria laboral he conocido a profesionales admirables. De ellos procuré aprender cuanto pude. Uno de ellos, y con el que lamento no haber tenido nunca la oportunidad de trabajar, es Valentín Contreras. Cuando me inicié en el mundo de la radio, él era un referente informativo cada día en la Región. Solía despachar la actualidad con una exactitud y certeza admirables. Fue pionero al poner en antena un informativo autóctono en una emisora privada en esta comunidad autónoma: en Radio Murcia, de la SER. Sus opiniones siempre han sido respetadas, tanto dentro como fuera de la profesión.
Cuando hace tres décadas se puso en marcha la emisora autonómica Onda Regional, la misma que estos días conmemora la efemérides, fue elegido para pilotar aquel ambicioso proyecto en el que reclutó a un puñado de probados profesionales. Muchos desde su antigua empresa y otros procedentes de medios diversos. Montó de la nada un potente altavoz informativo en el que el rigor, que siempre ha defendido, fuese sello de calidad.
Pasado el tiempo, Contreras abandonó la dirección. Corría el año 1994. Nunca he hablado con él sobre los motivos de una marcha que pertenecen a su más estricta intimidad, pero intuyo que estarían trufados por posibles divergencias en los estertores de los gobernantes autonómicos de aquel entonces, que no eran otros que los socialistas. Meses después, el PP llegó como se esperaba al ejecutivo regional sustituyendo al PSOE, el partido que había impulsado esa radio autonómica. Los populares, que rectificaron sus intenciones iniciales cuando estaban en la oposición de echar el cerrojo a aquel medio al que consideraban oneroso y hostil, hicieron sus nombramientos, no contaron con Contreras –o él no quiso que contaran, al borrarse discretamente del mapa–, ubicándose en la edición de los informativos vespertinos y nocturnos de la emisora con una dignidad admirable. A veces, al escucharlo entrada la noche, recordaba aquellos años ochenta cuando uno ambicionaba ser como él: firme ante el micrófono, seguro, preciso y limpio en la ejecución.
Se me antoja que prescindir durante dos décadas de la gestión directiva de un tipo de su calibre fue un lujo asiático. Y así lo dejé patente cada vez que pude, de viva voz o por escrito. Pero claro, insisto en que para todo gobernante, tener en un puesto clave a alguien con criterio propio y una profesionalidad a prueba de bomba es harto más complicado que echar mano de otras eventuales alternativas, que casi siempre suelen resultar más dúctiles para la causa.
Onda Regional cumple ahora 30 años en antena, un aniversario al que se ha llegado no sin sortear duras y complicadas vicisitudes a lo largo de todo ese tiempo. Mi enhorabuena a los compañeros de este exponente de los medios de comunicación públicos, tan necesarios como imprescindibles, ejemplificada en la persona del enorme profesional que lo edificó, Valentín Contreras, alguien al que, reconozco sin recurrir a la lisonja, siempre quise parecerme cuando me sentaba ante el micrófono para comunicarme con los oyentes.