Dilemas ideológicos

Publicado el 12 mayo 2015 por Abel Ros

Si Ciudadanos apoya a Susana, regresarán a su nido los votantes que creyeron, que Albert era un político de derechas


otro día, María me decía que estaba sorprendida por el último sondeo del CIS. Me comentaba – esta humilde señora de las tripas alicantinas – que no se explicaba por qué las encuestas daban ganador al partido popular, a pesar del desmantelamiento del Estado del Bienestar. No entendía por qué la gente seguía creyendo a Rajoy; después de haber gobernado de espaldas a su programa. Probablemente, la derecha perderá la mayoría absoluta – me decía – pero seguirá gobernando con el beneplácito de Ciudadanos. Luego – concluía María – seguiremos con las políticas de austeridad. No olvidemos que la formación de Albert de Rivera se declara "liberal en lo económico y progresista en lo social".

"Probablemente, la derecha perderá la mayoría absoluta pero seguirá gobernando con el beneplácito de Ciudadanos" 

El domingo, mientras veía al líder de Ciudadanos en el Chester de Pepa Bueno, me acordé de las palabras de María. Me acordé porque el ex militante del Partido Popular – Albert Rivera – dijo que Ciudadanos es un partido "liberal progresista". En días como hoy, queridísimos lectores, todas las formaciones políticas del espectro nacional son liberales y progresistas. Liberales porque vivimos en un Estado de Derecho y contamos con una economía de mercado. Progresistas, porque la Constitución reconoce el Estado de lo Social y, por tanto, el bienestar. Luego, resulta una obviedad política, calificar a C's de "liberal y progresista". Es una perogrullada, como digo, porque desde que existe el Estado social, democrático y de derecho; todos los partidos son "liberales y progresistas". Y lo son, por mandato constitucional. Llegados a este punto, cabe que nos preguntemos: ¿En qué se diferencian la izquierda y la derecha?

La principal diferencia entre sendas ideologías reside en "la dosis de liberalismo y progresismo", permitido por las mismas. A mayor cantidad de liberalismo, o dicho en otros términos, a más mercado y menos Estado; más "derechización". Y viceversa, a menos mercado y más Estado; más políticas del bienestar y, por tanto, más izquierda. Así las cosas, la derecha defiende sociedades competitivas, basadas en el mérito y el esfuerzo. Sociedades con menos injerencia del Estado en las decisiones privadas. Esto estaría muy bien, si todos fuéramos altos, guapos y fuertes. Ahora bien, ¿qué sucede con los bajos, feos y débiles?, que sufren en silencio el "abandono de su Estado", cuando más lo necesitan. En los países que manda la derecha; hay más desigualdad social. Ello es así; porque la función de gobernar se convierte en poner a disposición de lo privado, las condiciones necesarias para que los leones marquen su terreno.

Así las cosas, para saber si el partido de Rivera es de izquierdas o de derechas; es condición necesaria averiguar si su balanza se inclina hacia el Estado o el mercado.  Aunque la mayoría de los mordiscos de Ciudadanos se los lleva el Partido Popular, lo cierto y verdad, es que cuando los oyes hablar – a los representantes de C's – es difícil saber del pie que cojean. Es difícil porque en su política de pactos, el abanico es tan amplio que pueden bailar con la fea en un momento dado. Ante esta incertidumbre de desconcierto ideológico, muchos indecisos esperan a que Rivera mueva ficha en Andalucía. Lo esperan, para saber a ciencia cierta si su voto se viste de gaviota o de puño socialista. Si Ciudadanos vota a favor de Susana, regresarán a su nido los votantes que creyeron que su partido era de derechas. Por ello, para evitar males mayores; lo más inteligente, desde los intereses partidistas, es que Susana sea investida después de las locales. Es lo más inteligente, como digo, para no perder un puñado de votos; pero lo menos ético de cara a la ciudadanía. No olvidemos que Albert militó en el Pepé. Luego, por mucho que miro el vaso, lo veo más liberal que progresista. 

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