PARTE 1: DE COMO LA TECNOLOGIA REDUCE EL EMPLEO
Es habitual leer que si la inversión en sanidad ha disminuido en los últimos años, que si se ha privatizado, que no hay una apuesta por ella... En fin, que sí, que posiblemente todo será cierto, pero son muy pocos los que aportan un análisis riguroso ajustado a los tiempos que vivimos. La sanidad, sea ésta publica o privada, necesita menos personal porque la digitalización, la ingeniería, la biotecnología y la farmacia ha hecho que ésta sea más eficiente.
PARTE 2: DE COMO OTROS LO HACEN DISTINTO.
El reto no está en aumentar los presupuestos el sistema tal y como lo conocemos, propio de tiempos pretéritos. Las inversiones tendrían que ir a centros de investigación autónomos que trabajen en coordinación con los centros hospitalarios y con el capital privado. Se trata de un conocimiento de ida y vuelta con unas unidades productivas de desarrollo de patentes cercanas. Es un modelo anglosajón que ha posibilitado a los EEUU ponerse rápidamente en marcha contra el COVID 19, investigando y fabricando tanto fármacos como vacunas en distintos lugares del país. Esto ha sido así, porque desde hace tiempo poseían un sistema de salud muy ligado a la I+D y a la fabricación.
En Europa, solo el Reino Unido y Alemania han tenido un sistema parecido que les ha permitido proteger el bienestar de sus ciudadanos con cierta holgura. Mientras tanto, en el estado español se sigue poniendo el acento en los lugares en los que no se encuentra el problema principal, sin considerar que gran parte de éste se halla en gestores con formación médica que campan por sus anchas sin preguntarse qué les parecería si los licenciados en Empresariales o en Organización Industrial, por poner un ejemplo, se pusieran a ejercer de médicos. Esa suplantación de la realidad conlleva a miradas muy reducidas de la gestión.
PARTE 3: UN DESEO.
La ciencia precisa de un trabajo colectivo para conocer lo que de verdad le ocurre al paciente. El progreso es un conocimiento que no tiene porque ser estéticamente hermoso aunque haya un ansia de belleza, porque lo maravilloso es sanar con una mirada humanitaria. Los sanitarios han de ser optimistas porque deben creer en las soluciones y para ello deben avanzar constestándose a preguntas. Cuanto mas conocimiento más ignorancia porque quedan más respuestas por obtener. Se trata de un aventura intelectual que va aparejado a una obra colectiva de polvo de estrellas, que es lo que somos. Es, en definitiva, una curiosidad que se aleja de eso tan estendido de una receta o protocolo para una cosa, por muy útil que esto sea. Más importante que la burocracia y de la inestabilidad laboral es el desarrollar un ambiente creativo donde colectivamente se pueda hacer ciencia.
PARTE 4: DE COMO CUALQUIERA SIRVE:
Bueno sería un poco de orden en todo esto y que impere la lógica. Esto es: los sanitarios a lo suyo, la gestión a los especializados en ello y las inversiones importantes a la unidades productivas que generen retornos económicos. Esto quizás pueda evitar que uno se sonroje cuando vea a enfermeras gestionando hospitales, a médicos ejerciendo de jefes de personal, a exconcejales, que por edad debieran estar jubilados, ejerciendo de directores de grandes centros sanitarios o a políticos construyendo hospitales que cuestan una millonada sólo para tratar durante unos meses a las personas afectadas del Covid. Aunque claro, nada de esto debiera de extrañar cuando la presidenta de la Comunidad estudió periodismo o cuando la consejera de Sanidad desarrolló toda su vida laboral al abrigo del partido.
Pd: No es malo reconocerlo ignorancia. Lo malo es justificarla..
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