Umberto Eco dice entre otras cosas que los seres humanos son animales religiosos y que psicológicamente es muy difícil ir por la vida sin una justificación, y la esperanza, siempre viene por la religión. Él se declara alejado de la Iglesia, no dice si no es creyente o si lo es. Escéptico quizás. Sobre la religión sigue diciendo que el ser humano tiene que justificar nuestras vidas para nosotros mismos y con otras personas. El dinero es un instrumento. No es un valor pero necesitamos valores, así como los instrumentos, los extremos, así como medios. El gran problema que enfrentan los seres humanos es encontrar una manera de aceptar el hecho de que cada uno de nosotros va a morir. Es la muerte la que “justifica” en muchas ocasiones la religión, más sostiene que justifica.
Umberto Eco afirma que el dinero puede hacer muchas cosas pero no puede ayudar a reconciliar a su propia muerte. Y es esa reconciliación con el destino lo que inquieta al ser humano. Continua diciendo, a veces puede ayudar a posponer su propia muerte: un hombre que puede gastar un millón de libras a los médicos personales, por lo general viven más tiempo que alguien que no puede. Si esto es bien cierto y a veces ni eso debido a enfermedades letales y rápidas cabe preguntarse si en realidad el dinero apacigua esa inquitud y la reconciliación con la finitud del ser humano, la inminencia de la muerte. Y es cuando concluye diciendo que el dinero “no puede hacer vivir mucho más que el promedio que vive la gente rica en en el mundo desarrollado”. Dinero y religión, ambos unidos con la muerte,
Jean Pierre Dubarri, 12 de febrero de 2011.