Estando en la capital del Imperio le conoció el emperador Justiniano, que se hallaba enfermo y desahuciado. Le mandó llamar el monarca, y apenas el santo tocó la llaga que le afectaba, esta quedó sana. Quiso el emperador premiarle con riquezas, pero Sansón respondió: "Estimado señor, una vez tuve oro y plata en abundancia, pero todo lo dejé por Cristo, con la esperanza de obtener la vida eterna". Y como Justiniano insistió, Sansón le dijo que construyera un hospital para los enfermos pobres. En este hospital y entre sus necesitados vivió muchos años, sanando y llevando a Cristo, sin aceptar jamás un céntimo por ello. Murió en 530, venerado por los constantinopolitanos, que le lloraron y le tuvieron por santo desde siempre. Fue sepultado en la iglesia de San Mocio (3 de julio) y pronto ocurrieron grandes portentos junto a sus reliquias.
Fuente:
-"Diario sagrado y calendario general". PABLO MINGUET E YROL. Madrid, 1750.
A 27 de junio además se celebra a
San Zoilo de Córdoba y compañeros mártires.
San Cirilo de Alejandría, Doctor de la Iglesia.