Ahora el plato fuerte, aunque no soy el primero que publica esta noticia. Según un estudio realizado por algunos paleontólogos, la mordida del pequeño terópodo emplumado Sinornithosaurus era venenosa. Las evidencias que respaldan esta teoría son un posible espacio en el cráneo del animal para la inserción de las glándulas venenosas, desde donde sale un surco hacia los dientes del maxilar, los atraviesa y llega hasta la base de estos. Si no me han entendido vean esta imagen.
Esta teoría está respaldada por National Geographic, y es sin duda una de las mejores argumentadas que he visto nunca, ¿hay razones para dudar?