En esta última entrega de la serie, te vamos a presentar a los últimos compositores que se han atrevido a poner su música al servicio del cine de dinosaurios (aparte de los que han ido saliendo a lo largo de la serie al hilo de alguna franquicia). Seguro que muchos de ellos nos tienen aún reservadas muchas sorpresas, así que... ¡No les perdáis la pista!
Si la CGI de Jurassic Park supuso un nuevo paradigma cinematográfico, los ordenadores también van a revolucionar la forma de hacer y escuchar música. A comienzos de los 80, al tiempo que los primeros PCs, aparecen los samplers digitales [1] y el protocolo MIDI, que permite conectar instrumentos musicales y ordenadores. La potencia del hardware limitaba bastante las posibilidades de las estaciones de trabajo de audio digital, del mismo modo que las primeras animaciones por ordenador son muy burdas. A mediados de los 90, el panorama había cambiado y, casi al tiempo que se estrena el primer largometraje íntegramente animado por ordenador (Toy Story, 1995), aparece Cubase VST (1996, Steinberg), software que permite grabar y reproducir hasta 32 pistas digitales sin señales externas.
En cuanto a los oyentes, los soportes analógicos (cassettes, discos) van a dar paso a equivalentes digitales como los Compact-Disc (CD) de los 80. A mediados de los 90 llega el cambio definitivo con la aparición del formato Mp3 de compresión de audio digital, al tiempo que Internet se expande para convertirse en una red universal [2], cambiando por completo la forma de escuchar y comercializar la música.
Bartlett es un temprano y buen ejemplo de cómo la tecnología ha cambiado la manera de trabajar de los compositores de bandas sonoras con dinosaurios (y del resto de compositores, claro). Cuando le propusieron el proyecto de Walking with Dinosaurs, Ben anotó algunas ideas de modo tradicional, al piano, con un lápiz y papel pautado, del mismo modo que un paleoartista moderno puede abocetar una obra a mano antes de escanearla para trabajar en el ordenador. Entonces, realizó unas pruebas de orquestación con CubaseVST y se las mostró a Haines ensambladas en la película piloto, lo que le facilitó la firma del contrato. Ésta sería la forma de trabajar a lo largo del proyecto. Una vez las muestras recibían la conformidad de la productora, Ben dirigía a la orquesta de la BBC para la grabación, si bien luego continuaba el proceso de producción de nuevo en su estudio casero, añadiendo samplers o sintetizadores y realizando las mezclas.
Thomas Chase (1949) y Steve Rucker (1949) –nada que ver con el batería de los Bee Gees- pusieron música a la serie de Genndy Tartakovsky Dexter’s Laboratory (1995), en cuyo episodio “Jurassic Pooch” (1996) Dexter obtiene un tiranosaurio mascota con ADN de un cachorro de perro. James L. Venable colaboró con Chase y Rucker en la banda sonora de The Powerpuff Girls (1998, Craig McCracken), en cuyo episodio “Three Girls and a Monster” (2000) aparece un kaiju dinosauroide que regresará en “Documentary” (2004); ese último año, Chase puso música al corto “Scooby Doo! And the Loch Ness Monster” (Joe Sichta y Scott Jeralds). En el más reciente “Toy Ploy” (2016), ya con música del especialista en videojuegos Michael A. Reagan, nos presentan a Hairodactyl, una pterosaurio con el pelo cardado a lo afro. También debemos a Venable el primer medio centenar de episodios de Samurai Jack (2001, Genndy Tartakovsky), incluido “The Birth of Evil” (2003), en el que un meteorito choca con Japón y causa la extinción de los dinsaurios; además, escribió la partitura para la adaptación a dibujos animados del cómic Turok: Son of Stone (2008, Curt Geda, Dan Riba y Frank Squillace). El guitarrista de Marilyn Manson, Tyler Bates (1965), y la galesa Joanne Higginbottom –que ha sido técnico de sonido del grupo- colaboraron por primera vez en Samurai Jack y luego pusieron música a la última serie de Tartakovsky, Primal (2019).
Sin dejar Alemania, el bajista de los Scorpions [3] Ralph Rieckermann (1962), comenzó a poner banda sonora a filmes de serie B en 1997 y es responsable de las de las películas de la productora de mockbusters –películas de bajo presupuesto creadas para aprovechar el éxito de grandes producciones- The Asylum King of the Lost World (2005, Leigh Scott) ó 100 Million BC (2008, Griff Furst).
El brasileño Heitor Pereira (1960), miembro del grupo Simply Red, trabaja habitualmente con el alemán Hans Zimmer (1957) –El rey león, donde Heitor tocó la kalimba-, productor musical en Transformers: Age of Extinction (véase “El ocaso de la stop-motion”). Pereira es autor de la banda sonora de Minions (2015, Pierre Coffin y Kyle Balda), donde descubrimos que antes de servir a Gru, estos pequeños seres amarillos tenían por amo a un tiranosaurio, y Playmobil: the Movie (2019, Lino DiSalvo), en la que encontramos a otro en la arena del circo romano... o a una manada de triceratops cruzando la carretera por la noche.
Mark Mothersbaugh (1950), el líder de Devo, puso música a los filmes animados con presencia dinosauriana The Lego Movie 2 (2019, Mike Mitchell), The Mitchells vs the Machines (2021, Mike Rianda). La coincidencia entre el apellido del director de la primera y los protagonistas de la segunda debió hacer bastante gracia también a Mark.
La música del norteamericano Kevin McLeod (1972) se edita bajo licencia de Creative Commons, de modo que puede ser utilizada por cualquiera con sólo indicar su autoría. Por eso, está presente en tantas películas y videojuegos. A nuestros efectos, debemos mencionar Dinosaurs: Dead or Alive (2007, Phillip Wade), Dino Hunter MD (2009-2012, David K. Ginn), Jurassic Predator (2018, Andrew Jones) o los cutres episodios “Okonid and Grotosaurious watch TV” (2017, Drew Bromley) de The Drew Bromley Show y “Dead as a Dinosaur” (2020, Dustin Chapman, Taylor Grodin y Adam Katz) de Inanimate Answers.
El británico Joel Douek se ha especializado en documentales: Predator X (2009, Sid Bennett) o, presentados por Richard Attemborough, la serie First Life (2010, Martin Williams) o el telefilme Flying Monsters 3D (2011, Matthew Dyas), sobre los pterodáctilos.
Ganador de dos óscars y nominado a otros nueve, el franco-griego Alexandre Desplat (1961) puso música a la versión de Gareth Edwards de Godzilla (2014) o a la ganadora del gran premio de Cannes The Tree of Life (2011, Terrence Malick), en la que se recrea la formación de la Tierra con el tema musical “Lacrimosa” del Requiem para mi amigo [4] del polaco Zbigniew Preisner (1955), compositor cinematográfico que, sin embargo, no escribió esta obra para la pantalla.
El italiano Mario Salvucci utiliza una técnica híbrida que involucra la orquestación clásica y arreglos a través de capas de sonido, con la que ha puesto música a Jurassic Attack (2013) o Jurassic City (2015).
Chris Wright ha escrito la banda sonora de los filmes Dinosaur Island (2014) y My Pet Dinosaur (2017), ambos dirigidos por el australiano Matt Drummond, supervisor de efectos especiales de muchos telefilmes y series documentales sobre fauna extinta [5].
El último aparecido es PearFinch, un misterioso personaje que no podemos pasar por alto, ya que toda su producción es dinosauriana: de momento, ha colaborado en la banda sonora de Z Rex, the Jurassic Dead (2017, Milko Davis y Thomas Martwick) –la partitura principal es de Alvaro Morello y PearFinch ha aportado música adicional junto a Przemyslaw Kopczyk-, Monster Force Zero (2019, Nathan Letteer) –acompañan a PearFinch los músicos Bourgeoisie y OccamsLaser y firma la banda sonora 20Six Hundred- y Dinonauts (en producción) con dirección y banda sonora de Distrakt, y PearFinch como “músico”.
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[1] Dispositivo que graba sonidos que luego son reproducidos mediante teclados, secuenciadores (permiten programar y reproducir secuencias de sonidos) u otros dispositivos, pudiendo alterar sus parámetros (altura, duración, intensidad...) para construir discursos sonoros. De este modo, por ejemplo, podemos grabar el zumbido de un moscardón y tocar toda una escala o acordes con este sonido.[2] En 1990 había medio millón de usuarios en el mundo que aumentan hasta los 3.750.000 de 1994, y en 2000 se computaron ya 377.650.000 internautas. En España pasaremos de 480.000 usuarios (marzo de 1996) a 4.600.000 (septiembre de 2000) y en septiembre de 2003 había ya 11.600.000 usuarios.[3] El disco Moment of Glory (2000), que une al grupo con la Filarmónica de Berlín, tiene en la portada un enjoyado terópodo, diseñado por el Bill Smith Studio.[4] El amigo en cuestión es el guionista y director Krzystof Kieślowski (1941-1996), a cuya famosa trilogía de colores puso música Preisner.[5] Prehistoric Predators (2007) y Prehistoric Predators 2 (2008) o Death of the Megabeasts (2009), todas ellas sobre fauna del Cenozoico, y Dinosaur Stampede (2011).