Antes habría que comentar que Walter Cronkite fue una personalidad respetadísima dentro de la televisión estadounidense (sería algo así como Matías Prats en España), retransmitió en directo las noticias sobre el asesinato del presidente John Fitzgerald Kennedy en 1963, realizó reportajes semanales acerca de la Guerra de Vietnam e hizo una amplia cobertura del alunizaje del Apollo 11 en 1969. Además de presentar esta serie, Walter Cronkite participó también en la película de animación de temática dinosauriana “Rex, un dinosaurio en Nueva York” (1993) dando voz al capitán Neweyes.
Pero no solo los documentales tratan de la historia de la paleontología de dinosaurios, sino que también muestran las hipótesis de la Dinosaur renaissance con paleontólogos tan conocidos como John Ostrom, Robert T. Bakker, John R. Horner, Stephen Jay Gould, Martin Lockley, David Weishampel Neil Shubin, Peter Dodson, David Norman, Phil Currie y muchos otros. Además, en algunos episodios aparecen varias referencias culturales como son los trabajos de animación de dinosaurios de Winsor McCay y Ray Harryhausen, las esculturas realizadas a partir de componentes automovilísticos de Jim Gary o la línea de juguetes Dino-Riders de Tyco Toys. Es interesante reseñar que estos documentales también presentan una miscelánea no muy habitual en otros metrajes de su tipo en Estados Unidos, tales como labores divulgativas sobre el conocimiento de los dinosaurios en la localidad occitana de Espéraza o la experiencia de buscadores de fósiles amateurs y su relación con las instituciones académicas y científicas.
Desde el punto de vista técnico, Dinosaur! presenta virtudes y flaquezas. Como antes se ha dicho, las recreaciones históricas de los trabajos de los paleontólogos del siglo XIX y principios del XX son muy acertadas para la época en que se grabó y cuanta con un considerable repertorio de material paleoartístico, tales como ilustraciones de John Sibbick, cuadros de Eleanor (Ely) Kish o las esculturas de Stephen Czerkas para museos estadounidenses. Sin embargo, el mayor fallo que tienen estos documentales son los segmentos con dinosaurios animatrónicos, o más bien diría marionetas, con una versatilidad de movimientos que hace que los cortometrajes de stop-motion de Willis O’Brien queden más naturales siendo 75 años más antiguos que los presentados en los documentales.
Es curioso mencionar que el documental aprovecha un escenario peculiar para mostrarnos el tiempo geológico: el World Trade Center de Nueva York y que al final del último capítulo se nos muestra un escenario de biología y evolución especulativa, pero no quisiera haceros más spoiler; de modo que podréis ver los cuatro documentales en versión original o doblada al castellano en esta entrada. ¡Qué lo disfrutéis!
JAVISAURUS(Javier Salas Herrera)