Diócesis de carabayllo peregrina a quives: ¡meter a cristo hasta en la sopa!

Por Joseantoniobenito

¡Qué maravilla ver a todo un pueblo con su pastor al frente peregrinando! ¡Qué gozo ver 100 ómnibus y carros hasta Quives, capital de la santidad, catedral de la confirmación, corazón de la diócesis de Carabayllo!  Unos –los menos- caminando los 62 kms., otros –los más- en auto, pero todos a una, haciendo familia, forjando iglesia diocesana, ¡en misión! Desde la creación de la diócesis en 1996 , todos los ochos de octubre Carabayllo se pone en camino, con los pies, pero sobre todo con su corazón. Los miles de fieles de todas las parroquias y los movimientos acuden al reclamo del Pastor y viven en comunión; toda una jornada para convivir, gozar del sol de Quives, de la conversación y el canto, de la caminata y el solaz, de la confesión y la celebración eucarística. Y siempre, en compañía de Santa Rosa, confirmada allí por Santo Toribio. Los dos santos que pisaron esta bendita tierra.

Este año ha tenido el añadido del Año sacerdotal, de ser la clausura del congreso en su honor. Se repartió el boletín “Colli sapiens” elaborado por la UCSS conmemorando a los sacerdotes. Al llegar al santuario, un dinámico equipo de voluntarios facilitaban la estancia, los miembros del servicio de música de la Renovación Carismática animaron de modo excelente la preparación y la misma celebración eucarística. ¡Qué gusto daba ver a tantos sacerdotes acompañando a su Obispo en la Santa Misa! En la homilía, Monseñor Lino Paniza enfatizó la importancia del Año Sacerdotal en la diócesis de Carabayllo que ha caminado tras las huellas del Buen Pastor –primer icono plasmado por la Iglesia- y el ejemplo de dos sacerdotes el Santo Cura de Ars y San Pío de Pietrelcina (y la reliquia de su guante que tapaba sus llagas), intentando vivir el saber escuchar. El sacerdote es el hombre de la escucha, como María que escuchó la palabra de Dios y la hizo carne hasta en la cruz. Hemos visto que este año no hemos terminado de aprender a escuchar por lo que el próximo año el lema será: “Dios te habla a ti, escúchale”. Anunció que el año se dedicaría a los laicos y como se proclamó en el salmo, y dice Aparecida: “Aquí estoy, Señor, mándame”,  “tenemos que ser discípulos y misioneros…testigos de Jesús, para caminar como han hecho algunos hoy hasta Quives, para llegar a la cruz, para llegar hasta los santos como Santa Rosa, como los sacerdotes, hombres de la escucha y del perdón…Tenemos que meter a Cristo hasta en la sopa, la impronta y figura de nuestra vida, en todo momento, en toda nuestra vida, configurarla con Cristo. ¡Manos a la obra, vamos a comenzar!