El título no debe tomarse como una deducción apresurada, sino simplemente como algo que surge luego de conocer el tenor de un diálogo supuestamente entablado entre Dios y un judío argentino de visita en Jerusalén frente al muro de los lamentos. Desconozco el nombre del autor de esta humorada que llegó a mi correo por lo cual quien sea sabrá disculpar la omisión de la fuente. Gracias si, a mi amigo Emir que fue quien lo envió. El diálogo es el siguiente: Creyente: Oye Dios, estás ahí. -Claro hijo, siempre. Creyente: Dime: que es un millón de años para Ti. -Un segundo. Creyente: ¿Y un millón de dólares? - Un centavo. Creyente: Dios ¿Tú puedes darme un centavo? Dios: Esperá un segundo... (antes debo consultar con la Afip en tu país).
El título no debe tomarse como una deducción apresurada, sino simplemente como algo que surge luego de conocer el tenor de un diálogo supuestamente entablado entre Dios y un judío argentino de visita en Jerusalén frente al muro de los lamentos. Desconozco el nombre del autor de esta humorada que llegó a mi correo por lo cual quien sea sabrá disculpar la omisión de la fuente. Gracias si, a mi amigo Emir que fue quien lo envió. El diálogo es el siguiente: Creyente: Oye Dios, estás ahí. -Claro hijo, siempre. Creyente: Dime: que es un millón de años para Ti. -Un segundo. Creyente: ¿Y un millón de dólares? - Un centavo. Creyente: Dios ¿Tú puedes darme un centavo? Dios: Esperá un segundo... (antes debo consultar con la Afip en tu país).