Jesús Posada ha abierto con gran escándalo de la izquierda la cuenta de Twitter del Congreso con una felicitación navideña en el que aparece un Nacimiento, reproducción de una lámina del “Libro de las Horas al Uso de Roma”, del siglo XV, propiedad de la institución que preside.
El diputado Joan Coscubiela, de Izquierda Plural-IU, igual que el exalcalde socialista de San Sebastián, Odón Elorza, protestó contra esa ilustración navideña de un pesebre, que ya había sido usada por José Bono en 2008, con Jesús sobre un paño, flanqueado por la Virgen y José arrodillados.
Y aquí comprobamos la veracidad de la frase proverbial “Los árboles no dejan ver el bosque”, porque los árboles laicistas impiden ver el bosque de lo que es la Navidad.
Que significa natividad de Jesús, y no de Jesús Posada, sino el de Belén, de cuyo origen y doctrina nació la civilización judeocristiana a la que pertenecemos, y de la que no podríamos huir aún siendo ateos como algunos diputados.
Al divulgar el primer tuit (@Congreso_Es) Posada ya declaraba su origen: su nombre, precisamente, recuerda al Niño por el que se conmemora la Navidad y se emiten felicitaciones.
Pero es que Joan Coscubiela, se llama así en honor de Juan, uno de los apóstoles de Jesús, lo mismo que Odón Elorza lleva su nombre por San Odón, el Abad de Cluny, autor de libros religiosos y músico precursor del organistrum.
Los que protestan, pues, deberían cambiarse a nombres ateos: Stalin Coscubiela o Marx Elorza, por ejemplo. Qué bien quedarían Lenin Llamazares, Mao Anguita y Chiang Chin Pajín.
La Navidad es tal cual es, y si queremos laicismo deberemos eliminarla, lo que evitará los suicidios que se dan en estas fechas tan tristes si se leen no los Evangelios, sino a Dickens y a Andersen.
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SALAS