Una gran fundación especializada en la economía española, Fedea, acaba de presentar un informe que le recomienda a las empresas cotizadas sustituir a 352 directivos varones por otras tantas mujeres para que los consejos de administración alcancen el 40 por ciento de la paridad de sexo o género.
Quien tenga mujeres entre sus descendientes verá su futuro con mayor optimismo tras este análisis-recomendación de la Fundación de Estudios de Economía Aplicada, patrocinada por gigantes financieros, industriales y de servicios, algunas del Ibex 35.
Todo el mundo capitalista occidental, el más rico e igualitario, trata de colocar a la mujer en los lugares de mayor preponderancia a través de nombramientos basados cada vez más su discriminación positiva.
Pero hay un elemento que se desdeña u olvida: sólo se demandan puestos directivos, de alta responsabilidad o burocráticos para la mujer, pero en ningún caso se reclama paridad en los más duros, difíciles y numerosos de las mismas empresas.
Fedea tiene como patronos a bancos en los que el trabajo no exige un esfuerzo físico, lo que facilita la promoción de la mujer, pero también recibe apoyo de grandes empresas de obras públicas o energéticas, como ACS, Abertis o Enagas.
Esas compañías tienen decenas de millares de trabajadores varones en los puestos sacrificados, que exigen fortaleza física, a los que ninguna mujer puede o quiere acceder.
En Repsol, donde hay directivas que algún día serán la mitad, hay millares de hombres jóvenes con la columna destrozada por subir pisos y pisos con botellas de butano, pero ni una sola mujer hace esa labor.
La igualdad, por tanto, es no un acto de justicia, sino de galantería y caballerosidad de los hombres hacia las mujeres, aunque las feministas radicales odien esas “deferencias machistas” que exigen airadamente.
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SALAS