De todas las enseñanzas dentro del arte del teatro, la menos estudiada es el arte de la dirección escénica, que tiene como primera intención en convertirse en un enlace entre autor, espectador y actor. Porque si bien el actor recurre a un grupo de personas (espectadores) a que les observen, capaces de oír cuanto diga y haga y apasionarse con el trabajo que el interprete realice, es el director quien imagina y crea el trazo escénico de acuerdo a la historia que se pretende contar y busca que el actor consiga una representación viva y orgánica.
Y digo viva y orgánica porque yo como director pienso y creo que todo aquello que le hagas creer al público, que lo que está ocurriendo en escena es real y verdadero, y de esta manera haciendo que dicho espectador se conmueva he inquiete te aseguras de antemano un éxito rotundo.
Y lo digo categóricamente, sólo transformas y emocionas al espectador cuando el actor se transforma y emociona, y por lo tanto desde aquí hago un llamamiento a todos los actores, autores y directores, cuanto más conozcas tus miedos mejor podrás mostrarlos, ya que una gran parte de los grandes personajes teatrales de la historia basan sus enredos en los pavores humanos. y nombro los miedos porque tienen por si mismo una gran carga emotiva.