Directores en filmin: Werner Herzog

Publicado el 09 mayo 2011 por Fimin

En 1980, Les Blank produjo un cortometraje documental en el que puede verse a Werner Herzog comiéndose su zapato durante la premiere del documental "Gates of Heaven," dirigido por Errol Morris. El zapato, aderezado con ajo y especias, fue cocido durante 5 horas. El cineasta no se lo comió completo, claro, dejó fuera la suela, argumentando que, "cuando comes pollo, le quitas los huesos". Esta anécdota define a la perfección la figura iconoclasta de un cineasta único en su especie, un artista salvaje e indomable cuya poderosa filmografía nos lleva a los confines del mundo y que por fin, ha llegado a filmin. Lo celebramos dedicando la semana a la obra de Werner Herzog.

1.- EL ANECDOTARIO

Para Werner Herzog, la única alternativa válida a la realización cinematográfica es cocinar. De ahí, tal vez, la inusual receta con la que preparó su zapato. En "Werner Herzog eats his shoe", el realizador alemán declara que su bizarra apuesta fue hecha con el único fin de motivar a Errol Morris a terminar su película. Lo hizo y "Gates of Heaven" dio pie a "The Thin Blue Line," uno de los Mejores Documentales de la historia del Cine. Una anécdota que habla por si sola de la inqubrantable grandeza que atesora el espíritu Herzogiano, aunque no fuera la primera, ni la última vez, que el maestro alemán hiciera algo así de extravagante.

Es el hombre que robó la cámara de su universidad para rodar su primera película, que  buscó, encontró y quiso matar a Wally, el iluminado que arrastró un barco enorme a través de una montaña, que se lanzó a los brazos de un cactus para comprobar una declaración suya, que arrojaba monjas al vacío en la película de su amigo Harmony Korine y se preguntaba quien era ese tal Abel Ferrara que tanto perjuriaba sobre su película. Estas y muchas más son las anécdotas que mejor definen la figura de un incansable y apasionado cineasta con mayúsculas, una de las figuras cinematográficas contemporáneas más relevantes y personales del cine contemporáneo, pionero en fundir el documental con la ficción, la ficción con el documental y que además, saca tiempo de donde no lo hay para dedicarse a su labor intelectual (más bien, contracultural) escribiendo varios libros, ensayos e impartiendo seminarios en su itinerante escuela Rogue Film School.

2.- VIVIR SU VIDA

Nació en Múnich, pero pasó toda su infancia en un pueblo de las montañas de Baviera. Creció sin radio ni cine, en pleno contacto con la naturaleza, alejado del mundo. Según él mismo afirma, no tuvo conocimiento de la existencia del cine hasta los doce años, la misma fecha en la que vio por primera vez un coche. A los 17 años hizo su primera llamada telefónica. De formación autodidacta, a los 19 años dirigió su primer filme y desde entonces ha llevado a cabo una carrera singular, que ha combinado la dirección de largometrajes, documentales, dirección de ópera, actuación y redacción de guiones. En definitiva, una figura tan lúcida y coherente, como extravagante y delirante en su forma de ver la vida y el cine. Un cineasta entregado a una actividad que ama con todas sus fuerzas y a la que ha dedicado por entero su vida y sus aparentemente inagotables fuerzas creativas.

3.- UN CINE DE PAISAJES Y PERSONAJES

A lo largo de su carrera, Herzog ha compaginado las películas de ficción con una pasión por el documental que le ha llevado a los mas diversos rincones del mundo. Desde la Antártida en ese bello y loco "Encuentros en el fin del mundo", pasando por la Alaska de "Grizzlie Man" o el Laos post Vietnam de "El pequeño Dieter necesita volar". De la selva Amazónica de "Aguirre, la colera de Dios" o "Fitzcarrlado," al desierto africano de "Cobra Verda." El suyo es un cine que no distingue nunca la ficción del documental. En su obra, ambas vertientes se funden formando una sola.

Pero el suyo también es un cine de carácteres, en el cual se vislumbran claramente dos tipos de personajes y temas. Por un lado, personajes megalómanos, rebeldes, supervivientes, a menudo sin escrúpulos, enfrentados a un mundo hostil que les vapulea y que no les perdona su originalidad. Sus empresas e ideas están destinadas al fracaso. Dentro de este apartado nos encontramos al 'amigo' Klaus Kinski en la piel de Aguirre, Fitzcarrlado o el Da Silva de "Cobra Verde." Pero tampoco podemos  olvidar la inconfundible esencia bizarra, marca de la casa, de singulares personajes como esos enanos que empezaron pequeños (y que dierno pie a los folladores de basura de Korine), el enigmático Gaspar Hauser o los Stroszek, Woyzek e incluso Nosferatu, sin ir más lejos.

4.- EL VERDADERO INDIANA JONES DEL CINE

El director alemán tiene una capacidad innata para contagiar el entusiasmo que le despierta aquello que filma, con su aire de aventurero de otros tiempos que reúne a los niños alrededor de una fogata para contarles historias extraordinarias. Un director para quien sus películas son una lucha y un descubrimiento, pero por encima de todo, una pasión. Una pasión que Werner Herzog describe a la perfección inculcando la filosofía de su escuela itinerante de cine Rogue Film School y por extensión, su manera de entender el cine. Un ideal que le ha llevado a emplear la tecnología 3D para mostrarnos las pinturas rupestres más antiguas conocidas hasta la fecha (30.000 años ocultas bajo la roca) de "Cave of forgotten dreams"

“La escuela de cine Rogue no es para los pusilánimes; es para quienes han viajado a pie, aquellos que han trabajado de gorilas en clubs de striptease o como celadores en asilos mentales, para quienes estén dispuestos a aprender el arte de abrir cerraduras o de conseguir permisos de filmación en países que no ven con buenos ojos tu proyecto. En resumen: Para aquellos que tienen un sentido de la poesía. Para aquellos que son peregrinos. Para aquellos que pueden contarle una historia a un niño de cuatro años y captar totalmente su atención. Para aquellos que tienen un fuego en su interior. Para aquellos que tienen un sueño”

5.-UN GENIO SIN PREMIO

Por más que ha ganado algún que otro premio como el Gran Premio Especial del Jurado en Cannes por El enigma de Gaspar Hauser (1974), o el de Mejor Director, también en Cannes, por Fitzcarraldo (1982), el cine de Herzog nunca ha sido premiado como verdaderamente lo merece. Hecho que, nos olemos, ni mucho menos le quitará el sueño. Lo suyo no son los premios.

6.- MI ENEMIGO ÍNTIMO

De su legendaria relación con Kinski, Herzog dijo una vez: “ni nos amábamos ni nos odiábamos, simplemene nos respetábamos, mientras planeábamos la forma de matar al otro”. Una declaración que sirve de inmejorable preámbulo al fabuloso documental "Mi enemigo íntimo" y el excelente libro ""Conquista de lo inútil."

Como previo aperitivo a disfrutar la filmografía de Herzog, os dejamos con Herzog buscando a Wally: