Antes de escuchar nada de A Veces Ciclón probablemente ya te quedes flipando con el diseño de la portada, obra y gracia de Clara-Iris Ramos, pero es darle al play y con sus paisajes taciturnos y envolventes quedas hechizado sin remedio.
Esta banda formada por músicos experimentados en proyectos como Betunizer, Triángulo de Amor Bizarro, entre otros, requiere de varias escuchas para adentrarse en su universo, pero como todo lo que cuesta acaba gustando más.
La voz de Óscar Vilariño personalmente me ha recordado a la de Julio de la Rosa del cual me declaro fan absoluto, incluso en algunos momentos a Nacho Vegas, lo que comporta que en la primera escucha ya cayerá en sus redes sin demasiada complicación.
Canciones como mi favorita hasta el momento, Servilletas, que con ese sonido crepuscular sería la banda sonora idónea para una road movie en medio del desierto; Siesta, con una percusión que marca el ritmo lenta y amenazantemente y que te absorbe en su espiral lírica; o los hermosos desarrollos instrumentales de Amén, por ejemplo, deberían ser buenos argumentos para no dejarles pasar.
Esto y que un sello como Acuarela, que respetamos y admiramos desde tiempos inmemoriales apueste por ellos con tanta emoción. Un trabajo delicado de definir, pero con un poder hipnótico presente en cada una de sus siete canciones escritas e interpretadas en castellano y gallego.