Tres años después del necesario Solo y Mal Acompañado, del que aún a día de hoy en mis noches de pinchadisqueo sigo sacando brillo a Tu Lado Salvaje, regresan Burrito Panza con un nuevo disco, de título tan genial como su antecesor, Una Familia Desestructurada.
Con un single como El Paciente Tranquilo ya tenían medio cielo ganado, con un tono cercano al que practicaban los injustamente olvidados Morphine pero con explosión épico-electrónica al final.
También con delicías pop de regusto noventero como Un Riesgo Innecesario y la trotona Mis Teorías o con la mutante belleza de Alguien Me Vió Tirado que deberían de ser suficientes credenciales para ser y estar en la primera división de la cada vez repetitiva escena independiente de nuestro país.
Claro, que como siempre, y por alguna razón, acabas teniendo más empatía con una que con otras, y en mi caso ha sido con Celebración, que vestida de aparente normalidad, su letra es un cuchillo afilado y ese filo cortante te mata con su absoluto realismo en fragmentos como "harto de arrugar papeles, de jugar al basket con la papelera, agradezco a tabacalera su sucia contribución, hoy he vuelto a la bebida que tanto me dió" y con ese ritmo como de caja de música es capaz de tumbar al más pintado.
¿Me haréis caso y escucharéis (compraréis y asistiréis a sus conciertos) en masa?. Estamos ante un valor seguro sobre el que apostar y que nos tienen que dar muchísimas alegrías. Por ahora es uno de mis más fieles compañeros de viaje...