¿El motivo? Quizás la serenidad que transmite la voz de su cantante que, después de catorce años sin cantar tras la disolución de su grupo, y tras un breve proyecto en solitario, ha conseguido una colección de canciones de aire intimista y cotidiano que en ocasiones nos arrancan la sonrisa y en la mayoría de las otras nos emocionan.
En mi opinión, una de las fuertes bazas del disco son las letras, de las que Lliso ha sido autora por primera vez en su carrera (no sin olvidar el filtro a las que han sido sometidas por su marido y también ex-Esclarecidos, Alfonso Pérez). Aconsejada por Suso Saiz de que trabajara en su huída de Madrid al mar en verano de 2009, pronto su libreta acabaría repleta de frases e ideas que acabaría de dar forma a su vuelta a casa en la capital.
La falta de prisas por parte de Lliso en la creación del disco (tengamos en cuenta que ni ella misma tenía previsto volver a cantar y que hubo un accidente informático que borró el trabajo cuando ya estaba terminado) se nota en el resultado final del mismo, dejándonos al final de la escucha con una sensación de sosiego.
Así por ejemplo, tenemos temas de reflexión interior que nos hacen pensar, como Otro día, que habla con mucho acierto del paso del tiempo, al que llama en el estribillo "ese gran enemigo, ese gran aliado"; o En otro mundo, quizás el más duro y melancólico del disco, donde el menos es más toma más protagonismo que nunca.
Otras canciones nos remiten directamente a la familia de Cristina, es el caso de No viajas sola, que hace referencia al anuncio de su hija Lucía de marcharse a la India, o esa ensoñación que es La duna de Pyla, la cual se la debe a su hija Mónica. Se trata sin duda uno de los temas más bellos del LP, con esos ecos de fondo sonando mientras oímos "quiero tener una barca y navegar...". El mérito de algunas canciones de este trabajo es que, sin entrar en muchos detalles, realmente nos consiguen transportar a la situación evocada, consiguiendo no sólo un viaje auditivo sinó también imaginario.
En Viernes por ejemplo, prácticamente conseguimos meternos en casa de la cantante o de la protagonista de la historia, con esa cotidianeidad "...yo el sudoku del diario, tu jugando con la playstation" y esos guiños de complicidad tan graciosos hacia su pareja. Árboles también logra hacernos sonreír diciéndonos que esperará a su amor colgada de un árbol de cabeza al revés, con un cartel donde se vea de lejos "te quiero y te querré".
Más muestras de romanticismo y ternura se encuentran en Mirar la luna, con versos tan acertados como "de tanto mirar la luna me he olvidado de ver el sol donde estábamos tu y yo". También en Hola amor (tema al parecer dedicado por parte de su marido), o en la canción que da título al disco, con ese reposado "pienso en tí" repetido con sinceridad.
Otras canciones dignas de mención son Entre copas, en la que nos habla de vivir en la frontera como una metáfora a mi entender, con una parte final en la que hay que subir el volumen para disfrutar del momento con más decibelios del disco; o Para qué prometes, que se presenta casi como un anti clímax ante las otras canciones de amor, con ese "ojos que no ven, corazón que no tiembla", que parece sacado de una de las ingeniosas frases de Esclarecidos.
Desde aquí sólo me queda felicitar a la gente implicada en este trabajo, y añadir que este va a ser uno de mis discos nacionales favoritos de este 2012. Os lo recomiendo especialmente ahora que se aproxima el otoño.
Disfrutadlo.