Uno de esos discos idóneos para atardeceres mustios, para noches de lectura reposada, o simplemente por el gusto de escuchar música hecha desde el corazón.
Capaz de atraparnos con un blues espectral como Nothing Is The News, que tiene un deje a Fleet Foxes; con la hermosa candidez sónica de This Time Next Year; o su Blue Velvet particular Working Titles con alma de crooner y unos coros exquisitos, sustentan una base de aciertos, en que quizá lo que chirría un poco es la producción, ya que en algunas canciones me da la sensación que la voz está puesta sin miramientos sobre la música, como cuando en las películas antiguas que iban en coche sin moverse del sitio y se notaba la pantalla con imagen en movimiento encasquetada detrás (un saludo sr. Hitchcock).
Aunque no sea el estilo que más me gusta escuchar, es un disco que tiene fácilmente su momento diario, y más en tiempos convulsos como los actuales, en que oímos muchas veces la música sin escucharla, cosa que debería estar penada por ley.