Desde que arranca con Jole Bloom, con una historia que la emparenta con las historias de Tom Waits o Charles Bukowski y con sus adictivos "shalalala"; pasando por el groove de Psychedelic Sally, que nos transporta directos a los setenta; la eufórica Estoy Loco en su versión en directo (que es seguramente de la forma que mejor se disfruta); o el rock clásico y básico (en su mejor sentido) de Rosas Rojas, con las que se hace inevitable cantar su estribillo en modo hoolligan.
Para darles de comer aparte , al menos para servidor, el single I Don't Wanna Go Home, que con sus formas y sonido nos transporta a tiempos pasados (probablemente mejores) y en la que cuentan con la colaboración de Velma Powell en las voces y Blues Del Carbón, que con rítmica que ríete tú de los The Black Keys y una sección de vientos imbatible; es capaz de conquistar a culaquiera. Lo dicho al principio, un material para disfrutar de un recorrido sin tacha alguna; de la dignidad y la militancia de estilo de unos músicos de nivel supremo, que me da a mí que no se les ha dado la importancia que se merecen.