En este, la psicodélia era quién mandaba, pero también una querencia por el estribillo redondo, como es evidente en Mystical Machine Gun, espectacular temón que eran capaces de terminar a ritmo de gaita; 108 (Battles Of Mind) que parecía música de otro tiempo, para muchos mejor, en la línea de por ejemplo Iron Butterfly o Jefferson Airplane; la mística y envolvente Radhe Radhe, con la que iniciaba servidor de ustedes las sesiones de pinchadiscos hace un tiempo.
La muy brit-popera Golden Avatar, más propia de The Charlatans o de The Seahorses que de ellos mismos, y sobre todas ellas, mi favorita del disco y me atrevería a decir que del grupo, la poderosamente mágica Great Hosannah, con sonidos de la India, con un ritmo de bajo marcadamente funk en la mayor parte de la canción y la voz del gran Crispian Mills, a quién sigo idolatrando como el primer día, muy a pesar de los decepcionantes últimos trabajos, pero con The Jeevas también se ganó crédito para mucho tiempo.
Un clásico de su década que ya terminaba, un clásico para mi persona y uno de los discos más completos de los últimos veinte años, por talento, magia, riesgo y poder de seducción.