Realmente me parecen unos valientes todos esos grupos que como León Benavente tienen la valentía de titular con un número, evitando cualquier alarde de originalidad y dejando claro como en este caso que se trata del segundo disco.
Como es de esperar, la lírica a veces surrealista y a veces demasiado real de Abraham Boba queda impoluta sea con la vestimenta que sea, y aquí en 2 se acercan más al punk eléctrónico de por ejemplo El Columpio Asesino que al noise-rock cercano a Los Planetas que predominaba en su anterior trabajo.
Muestra de lo primero, las impepinables California y Tipo D, temazos con los que empieza el disco y con los que te dejan noqueado de entrada; pero no es lo único con los que nos dejan el culo torcido ya que nos ofrecen además gemas pop como La Ribera; más guerreras como Gloria; o piezas frenéticas como mi favorita del disco, o sea Celebración (Siempre Hacía Adelante), que ya aviso que pondré en las mejores canciones del 2016 cuando haga mis listas.
Lo más bonito de todo ha sido la reacción que me ha provocado la viajera y flotante Nuevas Tierras, que me hecho buscar en la estantería un disco imprescindible para quién escribe estas líneas, el casi perfecto Los Días Desierto, posiblemente el mejor disco en solitario de Boba y que me hice mío hasta las trancas. Me parece que con lo dicho queda claro que este nuevo trabajo de la banda es una alineación de estrellas, una tormenta perfecta, o lo que es lo mismo, una colección de hits como como la copa de un pino. Insuperable.