No se si solo será mi visión, pero a esta gente se le ha ido la castaña a base de bien. Y es que una cosa es que nos diviertan haciendo el capullo como salvajes y otra esto tan apabullante. A mi entender, un alarde de incontinencia ruidista, con su punto bailable (o más bien dicho, soportable), con la cual se les ha ido la mano en exceso.
Al menos se han portado con el título del disco, que también da nombre al single, bien elegido por cierto, porque es de las más menos excesivas, ya que la mayoría de los títulos de las canciones parecen actas notariales de lo largos que son.
Mi favorita es una de esas, de nombre A heat rash in the shape of the show me state, or, letters from me to Charlotte, tal vez porque la voz femenina de Kim la dulcifica un poco. También podría escuchar varias veces más sin morir en el intento Straight in at 101, muy de la escuela Kaiser Chiefs, con todo lo que eso conlleva. Otro de los hits podría ser We've got your Back (Documented minor emotional breakdown #2).
Y para último, In medias res, la más sorprendente, por saber llegar al modo orquestado tras pasar por momentos que van de lo acústico, a la electrónica, del minimalismo campanil al toque Nine Inch Nails, de forma sútil y que creo que es capaz de conquistar el corazoncito del amigo Martho muy fácilmente, ya que todo eso lo dosifican hasta cuajar una justa medida.
No me veo capacitado ni con estómago, para recomendar mucho más del disco, ya sea porque me hago mayor, ya sea porque a ellos se les ha ido mucho el perolo, ni tan solo de recomendar las aquí nombradas, por evitarme malos mayores o asaltos asesinos como si hubiera opinado en contra de Lost, jojojojoojo.
Allá cada cual, pero esta es una de aquellas veces en que las portadas no engañan, y esta precisamente tiene su tela.