Llegué a él gracias a la colaboración de mi adorado Ivan Ferreiro en Astronauta 7 y desde entonces he sido incapaz de no rendirme a su talento.
Y en este, su tercer trabajo, desborda por (casi) todas las canciones. Con un sentido del ritmo innato y una simpatía y alegría que consigue transmitir tanto en las letras como en la voz, cada tema de este disco debería ser un hit tanto de público, porque son irresistibles; como de ventas, ya que es lo que se merecería este chute de alegría de forma circular.
Destacar unas canciones por encima de las otras, parece dificil. Tenemos esos coros a lo The Housemartins en Me quemas bastante, nos acerca un poco al Odelay en Surfeando Magnolías, se nos pone nu-raver en Nocturna, melancólico (que no ñoño) en Solo para ti, pero por encima de todo, nos divierte y nos dispara en temazos bailables irresistibles, como el grandísimo Supernova,o la más pop del disco, Yo piloto.
Y seguiría con uno y con otro y con otro, pero lo mejor que podéis es haceros con el disco, subir el volúmen y volveros locos. Es mi consejo.
Sí que vale la pena buscar en el invasor, esa voluntad ajena del extraño soñador... Amén.