Si con Accelerate se reactivaron, en Collapse into now, vuelven lozanos y frescos como hacía mucho y se nota que este no está hecho por hacer como hacen unos dinosaurios irlandeses de cuyo nombre no quiero acordarme, desde hace muchos discos.
Con Discoverer, el primer avance, retomamos al grupo de Monster, o lo que sería lo mismo, contudencia, solidez, tensión y estribillo gritable a rabiar. El paso siguiente fué robarme el corazoncito con una canción de esas de veloces y adictivas de la escuela de Bad Day o Radio Free Europe, la redondísima y ya mi favorita del disco Mine Smell Like Honey, con uno de esos corazos de Peter Buck tan increibles.
Y suma y sigue, porque si la cosa se trataba de clásicos inmediatos, puedo continuar con ÜBerlin, uno de esos temazos marca de la casa; la guitarrera All The Best; Oh my heart y ese sonido marinero de mandolina; los juegos vocales de Joel Gibb de The Hidden Cameras y Eddie Vedder en It Happened Today; la posiblemente futuro single (¡es que es tremenda!) Alligator_Aviator_Autopilot_Antimatter; la adictiva That someone is you; o la dulce Every day Is Yours To Win, tan en la línea de At My Most Beautiful, uno de esos clásicos personales de los de Athens.
Este disco es la comprobación clara de que con dignidad y talento, se puede conservar una carrera musical, incluso pasarle la mano por la cara a musiquillos recién fogueados que se creen los dueños del mundo.
Seguro que con el tiempo será recordado como otro de sus clásicos, no tengo la más mínima duda. Yo solo puedo decir que les quiero y les seguiré queriendo.