En este Take The Crown nos da simple y llanamente lo que queremos (o esperamos) de él, canciones redondas y pegadizos, de pop simple y llano, si queréis llamarlo vendible, que a quienes les gustaba el artista le encantarán y a quién no pues seguira así.
Para mí Candy, el single de presentación, es una de las canciones más divertidas del año, totalmente adictiva y que probablemente estará en mi lista de las mejores internacionales a la cual estoy haciendo borrones continuamente. Y Different, por ejemplo, que nos muestra a un Williams más maduro e intenso, con una de esas canciones marca de la casa.
Sobre las demás, Shit On The Radio, supongo que por lo explícito del título, esperaba que la vistiera con otra instrumentación más sucia e incluso rockera a lo Black Keys, y no con los sintes recargados que lo ha hecho; fuerza que por cierto no le falta a Hey Wow Yeah Yeah, que parece realizada mano a mano con los Primal Scream más básicos, y que la convierte en otra de mis preferidas, la intensa Not Like The Others, que le da cien mil vueltas a las últimas mierdas de Snow Patrol, o la hermosamente triste Loser, junto a Lissie.
Yo creo que la corona la tiene mucho más que merecida, por no retirarse a buscar ovnis para empezar, y por no entregar mierdas vacías como hacen otras vacas sagradas (si, estoy hablando de Aerosmith), y al menos dibujarnos sonrisas y entregarnos canciones pop de las de verdad y de siempre.