Cuando oí, el que pasaríamos a llamar su primer single, Something good can work, me volví loco, me parecíó a los Phoenix más divertidos y desencorsetados. En muy poco tiempo, aparece en mi vida I can't talk, un trallazo rompepistas al que es imposible resisitirse. Estaba claro que había arrancado en buena forma nuestra historia de amor.
Y te pones a desgranar todas y cada una de las canciones del disco y todo eso, sin poder tener quietos los pies, y dices !qué coño, un disco sin complejos! Y es lo que es, un disco con una frescura para nada impostada, donde todas las canciones pueden ser un single de éxito y con el que arrancar el día de un brinco y con buena leche.
Para eso tenemos, por poner unos ejemplos, Undercover Martyn (¡mueve tu cucu!), What you know, simplemente irresisitible, la acelerada Eat that up, It's good for you o Do you want it all, con la que no pararás de tararear repetidamente el título como oigas más de dos veces tal temazo.
Un disco del que sólo puedo decir adjetivos favorables y que tal vez sí, tal vez no, se esfume en el tiempo, pero mientras tanto, ¿que mejor que unas dosis de alegria para el body? Y en lo que se refiere a la portada, creo que no habría unas gafas mejores para el minino que las dos oes de door. Lo dicho, empieza el día con alegría que esto son dos días.