"En cada ciudad, en cada pueblo, hay un lugar especial donde la gente se encuentra. En mi ciudad, Sheffield, existe ese lugar: no lo vas a encontrar en el mapa, no hay letreros que lo señalen, pero ahí está. Ese lugar se llama Coles Corner".
Palabras más, palabras menos, así explica Richard Hawley (ex sesionista y guitarrist de Pulp) de donde le vino la inspiración para su tercer y mejor disco a la fecha. El bellísimo "Coles corner", editado en 2005.
Un disco elegantemente fuera de tiempo y lugar. O mejor dicho, flotando en un tiempo que le es propio: el que comparte con las buenas canciones y la música atemporal.
Lento y paciente, un hilo conductor (con Amor y la Espera como temas) une las canciones de un álbum sin apuros, que apela con sabiduría a los poderes levitacionales del sonido ¡El sonido! Las maravillas que se puedan hablar sobre esas guitarras, baterías con escobillas, cuerdas y la voz de barítono de Hawley (en la mejor herencia de Roy Orbinson y el Elvis baladista) es poco.
Simplemente, hay que tirarse en el sillón favorito, ser paciente y escuchar.
Es cierto, la mirada cínica de estos tiempos bien puede "desconfiar" de la movida de Hawley calificándola como otro ejercicio retro. Sólo el tiempo (como siempre sucede en estos casos) será el juez de este puñado de canciones. Pero aquí nos permitimos intuir una longevidad casi segura.
Ahora sí, yendo a las canciones, están las más netamente orquestales, portentosas ("The ocean", "Coles corner") y los encantadores ejercicios de sutiles toques Country de "Just like the rain" y "I sleep alone".
Siempre moviéndose en territorios de la balada y el slow tempo aparecen otras delicias para musicalizar sábados a la noche, o los momentos previos a salir de casa mientras elegimos saco y camisa: "Hotel room" y su cadencia valseada, "Darlin´wait for me" y su ambiente à la Chris Isaak.
En medio del set, la perfección melódica de "Born under a bad sign" (grandes guitarras 60´s) y el epicentro de nocturnidad y sonambulismo romántico del que está solo (y cada vez espera menos) en "Tonight" ("Ah the restlessness that's in me, don't do me any good/ I know I really should stay home tonight, but I don't think that I could").
Entre otras cosas, "Coler corner" nos enseña a vivir con elegancia y sobriedad. A ser caballeros, románticos y a saber aceptar.
Por muchos motivos "Coles Corner" es uno de los grandes discos de los 00´s. Su apuesta por la canción y por la paciencia de descubrirlas lentamente -en plena época de satisfacciones inmediatas- es todo un gesto de excentricidad, sí, pero también de gallardía y entereza.
Coles Corner, Mute Records (2005)