Segundo, por más que le demos vueltas y vueltas hace años, tenemos nuestros vaivenes con el clásico "Forever changes". En los mejores días un bonito disco, pero lejos de considerarlo la gran obra maestra de la psicodelia de los 60 que pregonan hace años las listas especializadas.
Con todo, hay que admitir que Love tenía algo, por supuesto.
Algo que aún hoy los hace difíciles de encasillar. ¿Eran folkies, hippies, psicodélicos, progresivos, free jazz o todo eso junto? Difícil saberlo.¡Era rara hasta su imagen, hasta el hecho de tener al primer negro hippie en una banda de rock! Lo que sí es cierto es que tenían un extraño olfato para la canción (entendida en sus propios términos) y para encontrar pasajes musicales - a veces- muy bellos.
Y por último, que el blend de todas sus influencias por momentos daba algo verdaderamente original.
Significó un despegue importante y una apertura ecléctica con respecto al debut. De hecho, hizo disparar todas esas locas influencias que desvelaban al grupo californiano y que seguirían explorando en "Forever changes": elementos latinos, progresivos, de rock, folk, jazz y hasta ciertas armonías de tintes españoles. También incorporaron al flautista y saxofonista Tjay Cantrelli, decisivo en el nuevo sonido.
El disco comienza punzante con los alaridos de Lee en "Stephanie Knows Who" (¡esos saxos que vienen de ningún lugar!) y sigue otoñal con la bellisima "Orange skies", del guitarrista Bryan MacLean. Una delicada gema de pop psicodélico. En dos temas, dos humores, dos lenguajes diferentes: esa tensión tan característica del sonido Love.
"Qué vida!" es otro gran momento pop, lleno de rayos de luz y una música festiva. Sin embargo, Arthur Lee (que poco tiempo después, como todos sabemos, se perdería en sus brumas lunáticas) empieza a dejar sus mordaces palabritas aquí y allá: "Can you find your way/ Or do you want my vision/ It's dark there, they say/ But that's just indecision/ And in my last inspection/ Is this the right direction".
De vuelta al lirismo neo clásico de los Love tenemos otras dos bonitas páginas con "The castle" (donde Lee canta eso de "A o B, es tan difícil de elegir/ si yo tuviese una mente la utilizaría" en plan Syd Barrett de la Costa Oeste) y "She comes in colours": una canción acerca de hacerle el amor a una chica...con su período.
El resto es anécdota: el lado 2 de "Da capo" lo ocupaba la extensa "Revelations". Según la "historiografía del rock", el primer tema largo en ocupar todo el lado de un vinilo junto con las contemporáneas "Sad Eyed Lady of the Lowlands" de Dylan y "The Return of the Son of Monster Magnet", de Frank Zappa. Entre los melómanos, se pelean para ver cuál fue la primera.
Datos aparte, el tema es una extensa y aburrida jam divida en partes, que captura el lado más salvaje y blusero del grupo, pero que le resta cohesión al álbum. Un diálogo con el costado más derivativo y colgado de sus contemporáneos y colegas del sello Elektra, The Doors.
Discografía LoveLove (1966)- Da Capo (1967)- Forever changes (1967).