Kamikazes enamorados (2003)
Hay algo en la inclusión de este disco, que me fastidia. Y es que alguno, no podrá protestar. O sí, igual prefería Salitre… Se siente. Kamikazes enamorados es El Disco de Quique González, el álbum que le catapulta autor rock de culto a referente absoluto de una generación (tanto para público como para sus ‘colegas’ de generación). Sin apoyos discográficos, después de romper con Universal, decide grabar el que probablemente es el mejor álbum de la década en castellano bajo su propio sello Varsovia!! Records.
Cual director de dogma en el cine, Quique concibe un disco autolimitándose a guitarras y teclados (con algún aderezo de violín y mandolina), olvidándose de bases rítmicas de bajos y batería, con la ayuda de un Carlos Raya en estado de gracia. La evolución de los textos es clara: dejamos de contar historias para empezar a sugerirlas. Adiós a la linealidad, aquí sólo tenemos pinceladas, postales, fotos, pequeños detalles de un periodo vital con Rebeca Jiménez como leiv motive al fondo.
Diez canciones, dos instrumentales y una tonelada de talento, versos que te cortan la respiración interpretados con una voz a medio camino entre la melancolía y la aflicción y una atmósfera precariamente mágica, en la que puedes recorrer la vida entre Piedras y flores, espantar Palomas en la quinta, pasear por Las calles de Madrid, dejarte llevar por sentimientos deportados o respirar el Polvo en el aire. Un mar de curvas y paisajes eléctricos que acuden a tu corazón siempre que los pinches en tu reproductor.
No puedes escucharlo en Spotify, pero no sé que haces que si no lo has escuchado todavía…