Durante muchos años, el atractivo de “Relics” recayó en el hecho de que contenía los singles más importantes de la era Barrett (“Arnold layne”, “See Emily play”). Años después, esos singles reaparecieron- junto con otras grabaciones tempranas- en “The early singles”, dentro del box set “Shine on” (1992).
Pero otro incidente le agregó valor “mítico” a este álbum. A raíz de una batalla legal con EMI Australia (que editó el disco en aquel país sin consentimiento de la banda) “Relics”permaneció largo tiempo fuera de circulación, hasta que en 1996 fue reeditado en cd. Otro de los detalles curiosos corresponde a las distintas portadas con las que el disco fue presentado en distintos países y épocas.
"Remember a day” (incluida en “A saucerful of secrets”) y “Paintbox” (B-side de “Apples and oranges”) son dos perlitas de Rick Wright, el George Harrison -callado y sensible- de los Floyd. Ya hemos hablado largo y tendido de esa maravilla que es “Paintbox”, pero las palabras no alcanzan para atrapar toda su belleza psicodélica de carrousel.
Del subvaluado soundtrack de la película “More” aquí aparecen “Cirrus minor” (con su clima pastoral y su órgano de iglesia) y “The nile song”. “Biding my time”, por su parte, es un blues de Roger Waters con algo de satírico, que la banda grabó en 1969 pero que hasta allí había permanecido inédito.
El último guiño de humor de Syd, que le escribió esta canción a su novia de entonces, Jenny Spires.