En ese sentido, "Wish" fue un poco el disco con el que The Cure entró de lleno en la nueva década: mayor colorido y plasticidad, lejos de la monumentalidad monoclimática de su predecesor (y de los 80 en general). Tal vez incluya, además, algún que otro guiño, desde la producción, al disco "faro" de aquellos años, "Achtung baby".
Sin embargo, la vieja escuela psicodélica y retorcida de Smith y cía. todavía mostraba su filo. Esta vez, bajo la forma de un cadeidoscopio pop diverso. Y con la multipolaridad emocional marca registrada de la casa a flor de piel. Los estados de ánimo, aquí, pasan de un extremo a otro con sólo cambiar de track.
"Open" es un clásico tema de apertura de sus discos (en la línea histórica de "Shake dog shake", "The kiss". "One hundred years" y "Want", entre otros). Denso, arrastrado. La letra se mete en la cabeza de alguien famoso durante una fiesta: los acosos, las falsas amistades que la noche te propone. Todo, desde ya, bajo la óptica alucinada de Smith y juegos de guitarras endemoniados.
Haciendo gala de esa bipolaridad que hablábamos sigue "High", liviana y celestial, flotando entre nubes (¿se acuerdan del video, con los Cure volando en barriletes?). Otro de esos singles donde Robert Smith siempre demostró su maestría para la factura pop.
Pero hay más. En los tramos más oscuros la banda suena densa y elástica a la vez. Como en el Tour de Force "From the edge of the deep green sea" (una de esas catarsis poético/ literarias de Smith de largo aliento), la vertiginosa "Cut", o la pesadilla paranoica de "End". En estos tramos se notaba que la banda había recuperado, también, su amor por las guitarras densas.
¿El último gran disco de The Cure? Por lo pronto, fue el último con el guitarrista Porl Thompson y el baterista Boris Williams, dos pilares de la formación clásica del grupo en la segunda mitad de los 80. "Wish" fue presentado en una extensa gira mundial, documentada en dos discos en vivo: "Show" y "Paris".
Robert Smith, Simon Gallup, Boris Williams, Perry Bamonte, Porl Thompson.