Discos: Wrong way up (Eno-Cale, 1990)

Por Bruno
Género: curativo y luminoso
En 1990 y tras muchos años de admiración mutua, John Cale y Brian Eno decidieron grabar un disco juntos. La idea surgió durante la producción de "Words for the dying", el disco de Cale de 1989. Entre textos de Dylan Thomas y piezas orquestadas, ambos encontraron tiempo para improvisar en estudio y dar con la fantasmática "The soul of Carmen Miranda", especie de preanuncio sonoro de lo que vendría. 
Al año siguiente el ex Roxy invitó a Cale a pasar un tiempo en los Wilderness Studios de Suffolk, con la idea de preparar un álbum. Los roles se repartieron naturalmente: el dueño de casa se hizo cargo de las programaciones, los sintetizadores y algunas guitarras, y el ex Velvet agregó pianos, órgano y viola. También fue el retorno de Eno al micrófono para hacerse cargo de partes vocales, después de años de no cantar.
A pesar de ser un álbum abiertamente colaborativo (del que ambos salieron orgullosos) el proceso de "Wrong way up" tuvo sus rispideces (¿de ahí vendrán las dagas que se cruzan entre ambos en la foto de tapa?). Sin embargo, poco y nada de esas tensiones quedó plasmada en la música, que suena fluida y luminosa.
Dos observaciones. A pesar de las marcas de estilo individuales (el manejo de texturas y ambientes de Eno, los arreglos y detalles Avant Garde de Cale) el híbrido entre esos universos dio una música sólo parecida a sí misma, sólo contenida aquí. Como suele suceder en todos los grandes discos de colaboración, su producto es único.
Segundo: como nunca antes (ni probablemente después, salvo el caso de Eno- Byrne) el talento de ambos se concentró en el armado de temas que -a falta de un término descriptivo mejor- definiríamos como "pop". No se trata de hits ni temas con estribillos memorables, pero la naturalidad de su lectura, su transparencia, los alejan de cualquier pretensión vanguardista.
"Lay my love", "One word" y "Spinning away" parten de una construcción melódica preclara, cristalina y llena de armonizaciones vocales entrelazadas en magníficas polifonías, sobre ritmos maquinales. En esos tres temas se concentra una música curativa, para esos días en los que necesitamos sentirnos cerca de la luz.
Disco de laboratorio, los matices de sombras los aportan los temas de Cale: la climática y redonda "Foosteps", la igualmente misteriosa "In the backroom". Luego están los divertimentos abiertamente pop: ninguno de los dos volvió a ser tan encantadoramente liviano como en "Empty frame" (en plan Beach Boys estilizados, con el talento musical a flor de piel) o en "Been there done that".
Pero si hay una joya aquí, ésa es "Cordoba". Al parecer, en los estudios había dando vueltas un manual de español . Ambos se pusieron a hilar frases sueltas hasta armar una historia ambigua, que comienza en la ciudad española y sigue sus pasos en una estación de bus.
La música en "Cordoba" -no está demás decirlo- es superlativa. Una calma extendida, plagada de silencios valiosos con teclados, violas y la tranquila voz de Cale despidiéndose con el mantra "you walk towards the station/ I´ll walk towards the bus".
Para el final, ambos parecen divertirse con un ejercicio circa Velvet en "Crime in the desert" y Eno aporta la despedida de siesta al borde de "The river".
Para curarnos en la luz y el sonido.
Cronología EnoTextures (1989)- Wrong way up (1990)- Nerve net (1992).
Cronología CaleWords for the dying (1989)- Wrong way up (1990)- Even Cowgirls Get the Blues (1991)