Discriminación intergrupo: experimentos de Henri Tajfel

Publicado el 31 julio 2013 por Vigilis @vigilis
Henri Tajfel fue un psicólogo polaco-franco-británico al que le asesinaron vilmente a toda su familia en los campos nazis, quizás de ahí le vinieran las ganas de, primero, colaborar en la Œuvre de Secours aux Enfants (algunos niños judíos sobrevivieron al Holocausto sin ningún sitio al que ir y alguien les tenía que echar un cable) y después, estudiar psicología en el Reino Unido. Sus estudios sobre la discriminación y el prejuicio tienen un gran interés. En Oxford desarrolló la llamada Teoría de la Identidad Social. Esta teoría, muy resumida, nos dice que si cogemos al azar un grupo de 100 personas en una calle y a los que tengan una cantidad par de dinero en la cartera les decimos que forman un grupo, estos se creerán de verdad que forman un grupo y se creerán mejores que los demás.

Veamos un par de experimentos que hizo en el marco de su estudio sobre la discriminación intergrupo.
Un experimento. Subestimadores y sobreestimadores
Se cogen ocho grupos de ocho chavales de 14 y 15 años. Cada grupo de ocho lo forman chicos que comparten aula en la escuela, así que previamente cada uno conoce a la gente de su grupo. A los chicos les dicen que tienen que contar las veces que unos puntos aparecen en una pantalla y apuntar en un papel los resultados.
Los científicos entonces separan a los chavales en dos grupos:
  • a unos les dicen que hay gente más precisa que otra al contar los puntos (mejores y peores).
  • a otros les dicen que es normal que unos cuenten de más (sobreestimen) y otros cuenten de menos (subestimen).
A estos conejillos de indias les dicen individualmente a qué grupo pertenecen. Pero esta información es aleatoria, no va en función de los resultados. A continuación, les piden que recompensen con peniques a los otros chicos (nunca a ellos mismos). Les dan un papel donde deben asignar el dinero en tres categorías:
  1. Gente de su grupo.
  2. Gente de otros grupos.
  3. Gente de su grupo de resultados.
Los chavales recompensaron mucho más a la gente de su grupo de resultados que a los otros conjuntos. Es más, recompensaron más a los de su grupo de resultados que a los de su octeto de estudio. Y eso que la categorización por resultados fue aleatoria. Es decir, ellos recompensaron más a la gente que se les parecía aunque en realidad no se les parecía. Curiosamente, dentro de la gente de cada grupo no aparecía ningún tipo de discriminación y a la hora de recompensar entre varios grupos ajenos, tampoco aparecieron preferencias. La discriminación sólo apareció desde el punto de vista grupal.

Fuente.

Otro experimento. Preferencia estética
A 48 chavales se les pide que elijan entre dos cuadros cuál es su favorito.

Un cuadro.

Otro cuadro.

De forma aleatoria, sin que ellos lo sepan, los psicólogos los reparten en dos grupos y les dicen a cada uno que están en el grupo que coincide con su preferencia estética (cosa que es mentira pero ellos no lo saben).
Les piden que recompensen a su grupo y al otro grupo de una forma especial. Les dan matrices de parejas de números. Tienen que elegir una pareja de números, siendo un número la recompensa a su grupo y el otro la recompensa al otro grupo. Recompensar al máximo al grupo propio significa recompensar más todavía al otro grupo. Así, la recompensa máxima posible para tu grupo es de 19 peniques, pero eso significa darle al otro grupo 25 peniques. La recompensa máxima de tu grupo por encima del otro grupo era de 12 peniques para los tuyos y 11 para los otros.

Grupo propio 7 8 9 10 11 12 13 14 15 16 17 18 19

Grupo ajeno 1 3 5 7 9 11 13 15 17 19 21 23 25


El resultado del experimento os lo podéis imaginar (e insisto en que los chavales fueron divididos de forma aleatoria). La gente prefiere comer basura antes que ver al "diferente" comiendo mejor que él.
Cómo se forma el prejuicio
Según Tajfel existe un proceso mental por el que todos creamos una identidad social basada en el prejuicio. La simplificación que resulta de la categorización social de las personas viene provocada por una necesidad de simplificar lo que es complicado. Esta categorización se basa en estereotipos, que son el conjunto de creencias subjetivas sobre los grupos humanos. Estas creencias son asimiladas e interiorizadas para conformar una identidad social tanto del grupo propio como del grupo ajeno. Como esto es subjetivo y la vida es cambiante, el individuo hará las piruetas necesarias por mantener la coherencia del esquema aprendido.

Fuente.

Es evidente la aplicación de este proceso mental a la mayoría social respecto a la minoría social. Pero no se puede olvidar que dentro de una minoría este proceso también funciona. Si alguien se identifica con un grupo discriminado, comparará sus circunstancias con gente de ese mismo grupo y no de otro, reforzando su prejuicio. Este refuerzo del prejuicio está relacionado con la autoestima: si tienes en gran estima a tu grupo, de alguna forma estás aumentando tu autoestima.
Y luego la gente me toma a cachondeo cuando digo que su amor por su aldea de mierda está provocado por una falta de abrazos.
Referencias: