Discriminación por edad y la Declaración Universal de los Derechos Humanos

Publicado el 02 marzo 2011 por Gouki

Como suele suceder en cualquier discusión de criónica como la de la entrada de @aberron, o como cuando se habla de longevidad indefinida, suele surgir el argumento‘ esos viejos ya han tenido su oportunidad de vivir, hay miles de niños en África muriéndose de hambre’.

A esas personas no viene mal recordarles la Declaración Universal de los Derechos Humanos.

Los artículos 1 y 2 recogen principios básicos en los que se sustentan los derechos: libertad, igualdad, fraternidad y no discriminación.

Todos los seres humanos nacen libres e iguales en dignidad y derechos y, dotados como están de razón y conciencia, deben comportarse fraternalmente los unos con los otros

Artículo 1 de la Declaración Universal de los Derechos Humanos

Toda persona tiene los derechos y libertades proclamados en esta Declaración, sin distinción alguna de raza, color, sexo, idioma, religión, opinión política o de cualquier otra índole, origen nacional o social, posición económica, nacimiento o cualquier otra condición. Además, no se hará distinción alguna fundada en la condición política, jurídica o internacional del país o territorio de cuya jurisdicción dependa una persona, tanto si se trata de un país independiente, como de un territorio bajo administración fiduciaria, no autónomo o sometido a cualquier otra limitación de soberanía.

Artículo 2 de la Declaración Universal de los Derechos Humanos

Cualquier persona tiene derecho a la vida independientemente de sus etnia, sexo o nacionalidad, pero eso incluye también independientemente de su edad. Para muchos alguien de 80 merece menos vivir que uno de 20.

Vamos eliminando poco a poco lacras como el racismo o el sexismo de nuestra sociedad, pero todavía persisten en menor medida que en el pasado. Aun así, cualquier comentario racista o sexista suele recibir rechazo de la mayoría de la población, por el contrario un comentario que discrimina según edades suele pasar desapercibido, tolerado, e incluso bien recibido.


Por otra parte, antes de que nadie diga nada, que miles de niños mueran de hambre me resulta intolerable