Discurso de declaración de guerra a los Estados Unidos del Führer – 11/12/1941

Por Lupulox

Der Führer spricht!
Camaradas,
La sesión de hoy del Reichstag Alemán, la quinta que se celebra desde el comienzo de la guerra, ha demostrado una vez más el interés que el público berlinés aporta a la política nacional: miles y miles de personas han llenado las calles que conducen al edificio de la Ópera Kroll, donde se reúne el Parlamento Alemán. En el salón de sesiones, numerosísimos uniformes militares cubiertos de condecoraciones y ostentados por diputados, han hecho patente la parte importante que los parlamentarios alemanes toman en la lucha por su patria figurando en el Ejército con las más diversas graduaciones, desde soldado raso a general. En el palco central ha tomado asiento el cuerpo diplomático, y en la primera fila de éste, los embajadores del Japón y de Italia. A derecha e izquierda de la tribuna, el Gobierno y los secretarios de Estado del Reich, figurando en primer término el Ministro de Asuntos Exteriores von Ribbentropp y los Mariscales von Brauchitsch y Keitel.
El Führer ha sido acogido por grandes ovaciones y gritos de entusiasmo al entrar en el salón de sesiones, produciendo su voz, en cuanto ha comenzado a hablar, viva sensación. Los más importantes párrafos del discurso de Adolf Hitler han sido interrumpidos por las ovaciones de los diputados, que también han dirigido calurosísimas soflamas al embajador del Japón. Éste, a la salida del Reichstag, ha sido objeto de entusiastas demostraciones de los berlineses.
Göring abre la sesión.
A las quince horas se ha reunido el Reichstag en la Ópera Kroll. Desde mediodía una considerable muchedumbre se había estacionado ante el edificio para aclamar al Führer, y una compañía de honor de las SS se encontraba formada para rendir honores. A las quince y cinco el Führer ha entrado en la sala de sesiones, donde ha sido recibido por el Mariscal Göring, Presidente del Reichstag. Inmediatamente ha sido abierta la sesión. El Mariscal Göring ha invitado a los reunidos a ponerse de pie y guardar un minuto de silencio en memoria de los soldados alemanes muertos desde la última sesión del Reichstag hasta la fecha. A continuación, el Führer ha dado comienzo a su discurso.

La lucha será decisiva para muchos siglos.
Un año lIeno de acontecimientos históricos terminará pronto, y un año lleno de decisiones aún más importantes va a seguirle.
El Primer Ministro Británico rechazó, en 1940, la oferta de paz de Alemania. Tras esta negativa se hizo patente, en el otoño, que esta guerra, contraria a todas las leyes del buen rentido y de la necesidad, tendría que continuar hasta el fin. La nación alemana y sus soldados trabajan y combaten y la lucha actual será decisiva para los próximos quinientos o mil años de la Historia a!emana, europea e incluso mundial. La Providencia nos ha confiado una misión única en la Historia, y estamos obligados a llevarla a término.
Desde Petsamo hasta Irún.
Desde Kirkenes hasta la frontera de Irún se extiende una cadena de bases y de fortificaciones potentísimas. Innumerables campos de aviación han sido construidos a lo largo de esta línea en la que también se han instalado bases navales para submarinos. Estas bases son invulnerables porque están protegidas por más de 1.500 baterías de artillería completamente nuevas.
Carreteras y ferrocarriles aseguran una comunicación constante desde la frontera española hasta Petsamo independientemente de las rutas marítimas. Se han consumido instalaciones defensivas en nada inferiores a nuestra muralla fortificada del Oeste. Está organización está siendo perfeccionada continuamente. Mi voluntad inquebrantable es hacer de este frente una línea inatacable para cualquier enemigo.


La ayuda de Italia.
En la actualidad los ingleses han logrado en África del Norte éxitos pasajeros, para los cuales han tenido que derrochar grandes cantidades de tanques y material. Del mismo modo que anteriormente en España ya lucharon italianos y alemanes unidos contra un enemigo común, también ahora en África luchan hermanadas las fuerzas de ambos países. Es verdaderamente admirable el valor que pone de relieve el Cuerpo Expedicionario Alemán en África, que lucha en regiones a cuyo clima no está acostumbrado.
Los planes destructores de la Unión Soviética.
Me supuso un gran sacrificio concluir un acuerdo con la Unión Soviética para acabar con la continua tensión germano-rusa. La Inglaterra concertó Pactos de No Agresión con diferentes naciones con el pretexto de que Alemania tenía intención de invadirlas. El Reich puede asegurar que ninguno de estos propósitos era cierto. La guerra de la Unión Soviética contra Finlandia nos produjo admiración y amargura. Admiración por el valor con que lucharon los soldados finlandeses por la existencia de su Patria y, al mismo tiempo, amargura por el hecho de que no pudiéramos prestarles ayuda.
Solamente un ciego podía dejar de ver cuáles eran las intenciones que abrigaba Rusia. El plan de la Unión Soviética era destruir toda Europa, plan que, por otra parte, estaba ya preparado desde hacía largo tiempo como lo demuestran los intentos de Rusia por eliminar la influencia de Alemania. Churchill, aunque él lo niegue, en una sesión secreta celebrada durante el año 1940, puso de relieve que el acontecimiento más importante de esta guerra sería el de la entrada en la misma de la Unión Soviética, la cual ya había sido fijada para el año 1941. Los montes Urales son la frontera de Europa.

Alemania lucha por todo el Continente.
Romanos y germanos defendieron a Europa por primera vez unidos fraternalmente en los campos cataláunios. No fue Inglaterra la que colonizó y civilizó al Continente, sino los romanos y los germanos. Tampoco fue América quien descubrió a Europa.
La llamada cultura americana la consideramos en Europa como el resultado de la labor destructora y decadente, del judaísmo internacional. Alemania no lucha por sí misma, sino por todo el Continente. Gracias a los peligros que a todos nos han amenazado recientemente, este objetivo ha sido claramente comprendido por la mayoría de los países europeos.
Rusia no nos.atacó en el preciso momento en que se realizaba la campaña de Yugoslavia, en la que Stalin actuó de instigador, porque en aquel entonces todavía no había concluido sus preparativos de guerra.
Cada año nos encontrará mejor preparados.
Mientras en las democracias se habla constantemente y con demasía de los armamentos, yo puedo asegurar que en Alemania se trabaja cada vez más intensamente y que cada año nos encontrará con mayor número y mejor calidad de armas en los lugares donde se decidirá la batalla.
Yo no he buscado ninguna guerra. Por el contrario, siempre he querido evitarla, pero siempre he cumplido con mi deber y he tenido en cuenta las consecuencias que de ella se derivaban. Puesto que de modo evidente Rusia constituía un peligro para Europa, ordené la señal de ataque. Sólo puedo agradecer a Dios el que me haya iluminado y me haya dado la fuerza necesaria para hacer aquello que debía hacer.

Misión providencial.
El destino ha señalado a una serie de naciones para desempeñar la misión de la defensa de nuestro Continente. Si Finlandia no se hubiera decidido a empuñar las armas a tiempo, habría terminado muy pronto la cómoda burguesía de los países nórdicos. Si Alemania, a su vez, no hubiera tomadlo.: las armas a tiempo, las hordas rojas habrían invadido y destruido a todos los países del centro de Europa. Lo mismo ocurrió en lo que se refiere a los Balcanes, defendidos por Rumania y Hungría.
La actitud de Italia, España y todas las demás naciones que han enviado voluntarios a Rusia es digna del más encendido elogio y han dado, de este modo, a la campaña contra el bolchevismo el carácter de una Cruzada. Las siguientes cifras demuestran el grandioso carácter de la lucha. Hasta el momento actual, han sido capturados en el Frente del Rste 3.800.000 prisioneros y destruidos o capturados 21.400 tanques, 32.500 cañones, 17.300 aviones soviéticos, 2.100 aviones ingleses y se han hundido 6.500.000 toneladas de buques.
Por otra parte, hay que tener en cuenta lo que representan estas cifras escuetas, ya que ellas ponen de manifiesto el espíritu de sacrificio y el valor indomable de los soldados, habiendo sido logradas a costa de la sangre de los hombres mejores de nuestro pueblo, de los de los estados aliados, cuyos soldados han venido también a luchar contra los bolcheviques junto a los nuestros. No es preciso destacar nombres ya que todos, sin excepción, han realizado un gran esfuerzo pero, sin embargo, hay que señalar que el esfuerzo mayor ha correspondido siempre a las fuerzas de infantería.
Las cifras de los caídos alemanes en el Frente del Este ascienden a 160.000 muertos, 563.000 heridos y 1.000 desaparecidos. Las fuerzas de la Luftwaffe han sufrido 3.200 muertos, 4.400 heridos y 2.000 desaparecidos. Esta cifra representa alrededor del doble de las bajas que durante la Gran Guerra hubo en una sola batalla del Somme.



El hombre que es más culpable que nadie.
Ahora voy a hablar de un hombre que es más culpable que nadie en el mundo de esta conflagración y que desde la chimenea de su hogar ha cometido las más grandes vilezas que ha conocido la Historia. Nosotros no hemos pedido a nadie nada de lo que no era nuestro, y si las ofertas que hizo Alemania repetidamente en favor de la paz no fueron aceptadas, fue a causa de su monstruosa intervención.
Los sufrimientos que han tenido que soportar los grupos de alemanes residentes en el- extranjero después de la Gran Guerra han sido inauditos y, si bien durante la campaña del Este las pérdidas alemanas han sido de 150.000 muertos, en plena época de paz 62.000 alemanes perdieron la vida.en Polonia. Alemania puso siempre de manifiesto en su actitud con respecto a Polonia que estaba dispuesta a entrar en negociaciones para terminar de una vez las cuestiones pendientes, pero sin intervención del Gobierno británico.
Cabe destacar las jornadas de agosto de 1939, cuando Alemania pidió la devolución de Dantzig por tratarse de un territorio perteneciente al Reich y propuso, incluso, que se constituyeran Comisiones para que por medio de unas elecciones se determinara a quién pertenecía el territorio fronterizo. Alemania hizo, además, la proposición de que si las elecciones resultaban desfavorables para el Reich, se estableciera una zona extraterritorial que permitiera una comunicación directa con la Prusia oriental. En el caso de una victoria alemana en las elecciones, a Polonia debía concedérsele una zona para poder comunicar con el mar Dantzig y Gdygnia deberían quedar como puertos comerciales, desmilitarizados. ¿Cómo pudo un Estado tan débil no aceptar estas proposiciones? Los documentos encontrados en Varsovia, y que procedían de Washington, explican las causas que motivaron la actitud del Gobierno de Polonia.
¿Cuál podía ser motivo de que un Estado hiciera tanto daño a otro que nunca le había causado perjuicio? Alemania no ha tenido nunca diferencias con los Estados Unidos sino que, por el contrario, la sangre alemana corrió en defensa de Norteamérica. A pesar de ello, los Estados Unidos entraron en guerra contra Alemania en 1917. La causa de esta entrada en la guerra ya fue esclarecida por las Comisiones que el propio Roosevelt nombró y que demostraron que la intervención norteamericana en la Gran Guerra se debió exclusivamente a la influencia de los intereses capitalistas.

Paralelo imposible con Roosevelt.
Las aseveraciones de Roosevelt respecto a la política alemana no se ajustan a, la realidad, ya que la forma de Gobierno de Alemania y de los Estados Unidos es la misma, una República con jefe autoritario, mientras que, en cambio, sus diferencias con Rusia son mucho más profundas. Wilson y Roosevelt han sido los principales instigadores de las guerras de este siglo. El incumplimiento de las promesas de Wilson dio por resultado el Tratado de Versalles.
Roosevelt fue elegido presidente de Norteamérica precisamente en el mismo año en que el Nacional Socialismo asumía el poder en Alemania. Pero entre mi modo de pensar y el de Roosevelt hay un abismo. Roosevelt nació en una familia muy rica; yo he nacido pobre y he tenido que luchar por mi propio sustento. Roosevelt conoce únicamente el aspecto agradable de la guerra y hacía negocios, aunque para ello fuera preciso comerciar con la sangre de los pueblos. Yo he regresado de la guerra como soldado y, desde luego, pobre. He compartido la vida de campaña con millones de soldados, mientras que Roosevelt convivía con los capitalistas. Yo me encontraba en un hospital cuando Roosevelt estaba dedicado a contar dividendos. Roosevelt subió al poder como candidato de un partido netamente capitalista; yo, como jefe de un partido popular, creado por mí mismo.
Y, sin embargo, existe un paralelo entre Roosevelt y yo. Cuando subimos al poder, los Estados Unidos contaban en su territorio con trece millones de obreros parados y Alemania con siete millones. Los dos países atravesaba.n una terrible crisis, pero mientras que en Alemania comenzó el resurgimiento general, en los Estados Unidos seguía la miseria, lo que prueba la falsedad de la teoría de Roosevelt, máxime teniendo en cuenta que con quince hombres por kilómetro cuadrado, y poseyendo todas las riquezas de Norteamérica, debía haber sido más fácil acabar en los Estados Unidos con el paro obrero, que no en Alemania, superpoblada. Sin embargo, después de cinco años, en Alemania no había obreros parados, mientras que en los Estados Unidos había aumentado la Deuda Pública y se encontraba en plena floración la especulación financiera judía que nosotros combatimos.
En tiempos de paz, Roosevelt hubiera ya fracasado en Europa y hubiera sido condenado y juzgado por haber despilfarrado las riquezas de su país. Y esta opinión la comparten muchos norteamericanos inteligentes e influyentes, por lo que al presidente yanqui no le ha quedado más remedio que desviar la atención de su pueblo de la política interior a la internacional.

Continuas insolencias y agresiones.
Roosevelt comenzó instigando, junto con sus cómplices judíos, nuevos conflictos en todas las partes del mundo, procurando entorpecer la solución pacífica de los conflictos ya existentes.
Las relaciones político-económicas de Alemania con los Estados Unidos se han caracterizado por una creciente agresividad y continuas nuevas insolencias por parte de Roosevelt. Desde el año 1939, el actual presidente de los Estados Unidos comenzó, con todos los medios de que disponía, a realizar una campaña contra los Estados autoritarios y a entremeterse en los asuntos interiores de Europa. Pero de los problemas de Europa, Roosevelt no sabe absolutamente nada, y aunque lo supiera no tendría derecho a meterse en ellos. Más tarde, Roosevelt dirigió al Duce y a mí mismo el ya famoso mensaje, al que contesté en forma adecuada. (Risas.) Sin embargo, la señora de Roosevelt declaró, en lugar de su marido, que no estaba conforme, y que ni ella ni sus hijos querían vivir en un mundo como el nuestro. Lo comprendemos perfectamente, porque el mundo que desea aquella familia es el del engaño y el fraude.
El verdadero modo de pensar de Roosevelt se concreta en el telegrama dirigido por el Presidente norteamericano a Reynaud el 15 de junio de 1940, en el cual se compromete a duplicar la ayuda norteamericana a Francia en el caso de que ésta prolongue la guerra. Así, mientras Roosevelt hacia hipócritas afirmaciones de paz, favorecía la ampliación de la guerra. Ya en junio de 1940, el Presidente yanqui seguía su política de provocación al permitir que los aviadores ingleses fueran instruidos en los Estados Unidos, mientras que aviadores yanquis tomaban parte en la guerra contra Alemania. Otra especialidad de Roosevelt es la "invención de las crisis", interrumpiendo, por ejemplo, algún viaje, para regresar a Washington y fomentar un estado de nerviosismo destinado a demostrar la gravedad de la situación.

Actos contra el Derecho Internacional.
Los Estados Unidos facilitaron a los ingleses el hallazgo del buque alemán "Columbus", así como el de otros barcos mercantes del Reich, los cuales se vieron obligados a hundirse a sí mismos. Continuando su política de provocaciones, Roosevelt decretó la incautación de los buques alemanes que se encontraban en los puertos norteamericanos, contraviniendo así todas las leyes internacionales. Dos oficiales alemanes que se habían escapado del Canadá, donde se encontraban detenidos, fueron apresados y entregados por las autoridades norteamericanas a las canadienses. Roosevelt ha enviado a los países balcánicos al Coronel Donovan sin más finalidad, como ya se ha puesto de manifiesto, que el de originar revueltas. Donovan eligió al Gobierno rebelde del general Simovich disfrazando sus intenciones y pronunciando palabras de lealtad y de paz. A continuación, los Estados Unidos comenzaron su famoso servicio de patrullas y entregaron veinte lanchas rápidas a Inglaterra mientras permitían que los buques de guerra británicos fueran reparados en los astilleros de los Estados Unidos. Groenlandia fue ocupada por el Ejército yanqui. Por primera vez, el 9 de junio del año actual, se dio orden a la Flota Norteamericana de atacar a un submarino alemán con cargas de profundidad. El 17 del mismo mes, con abandono de todas las leyes internacionales, fueron clausurados los Consulados alemanes en los Estados Unidos y, el 8 de julio, Norteamérica enviaba tropas a Islandia, sin más objeto que el de obligar a Alemania a declarar la guerra.
Roosevelt ha dado la orden de disparar contra barcos alemanes. En flagrante violación del Derecho Internacional fue capturado el buque alemán "Odenwald," y su tripulación hecha prisionera. Roosevelt me ha ofendido en muchas ocasiones, pero de tales injurias no hago caso. Me ha llamado "gangster", pero lo cierto es que, por no existir tales sujetos en nuestro Continente, la palabra tiene su origen no en Europa, sino en América. Y no me ofende, porque considero a Roosevelt como un enfermo mental, lo mismo que a Woodrow Wilson.

El Japón ha perdido la paciencia.
Los Estados Unidos han seguido, con respecto al Japón, la misma conducta que siguieron con Alemania. Primero, Roosevelt excita a la guerra, viola el Derecho Internacional, y cuando ha conseguido lo que quería, se esconde detrás de las falsedades y quiere aparecer como un pobre agredido que implora a Dios. Nos llena de profunda satisfacción el hecho de que, al fin, un Estado, perdiendo su paciencia, se haya levantado contra la continua mixtificación de la verdad y declare la guerra a Roosevelt. EI Japón, después de celebrar conversaciones durante varios años sin el menor éxito con los jefes del Gobierno Norteamericano, llegó a hartarse, pero a Roosevelt aún le extraña esta actitud.
Nosotros conocemos muy bien las fuerzas que se encuentran detrás de Roosevelt, judío errante, ya que nosotros tenemos un conocimiento exacto en estos momentos de las cosas que han pasado y pasan en el interior de los Estados Unidos. El Presidente Norteamericano quizá no quiera comprenderlo, pero el fin de su política está perfectamente claro: la destrucción sistemática de un Estado tras otro.

Alianza militar con el Japón. Guerra con los Estados Unidos.
Aunque no estuviésemos aliados con el Japón, haríamos lo que es inevitable. Las democracias trataron de hacer morir de hambre al Primer Reich alemán y ahora tratan de hacer lo mismo con la Alemania Nacional Socialista. Ni Churchill ni Roosevelt, ni mil señores iguales a ellos, si los hubiera, pueden negarnos el derecho a la vida. Nunca Alemania ha visto el porvenir tan claro. He ordenado que se entreguen los pasaportes correspondientes al encargado de Asuntos Exteriores norteamericano. A medida que pasaba el tiempo, aumentaban las infracciones de Roosevelt al Derecho Internacional. Por todos los medios trató de que nunca se llegara a un arreglo oficial, sino que preparó un plan para atacar a Europa en el transcurso del año 1943. Y nos hemos visto en el trance de poner en acción el Pacto tripartito y, en consecuencia, hemos adoptado las siguientes resoluciones:
Primera: Alemania, Italia y el Japón entran en guerra unidas, empleando todos los medios disponibles para la consecución de la victoria.Segunda: Las tres potencias se comprometen a no firmar una paz por separado con los Estados Unidos de América ni con Inglaterra.Tercera: Los tres Estados se comprometen a colaborar lo más estrechamente posible sobre la base del Pacto tripartito después de haber conseguido la victoria.Cuarta: Todas estas resoluciones entran en vigor inmediatamente.



Ovación delirante.
Cuando se nos rechazó la primera proposición de paz, nos dimos cuenta del camino que tomaban los acontecimientos, y me enorgullezco de que el Destino me haya encomendado estar al frente de una lucha tan histórica y trascendental que por ella y para ella todos los sacrificios resultan pequeños.
Todo alemán que no esté dispuesto a tomar sobre sí las obligaciones que le impone esta lucha gigantesca no tiene derecho a participar en la grandeza del Pueblo Alemán.
Las últimas palabras del Führer han sido acogidas por una ovación delirante, que se ha prolongado durante varios minutos. Terminado el discurso del Führer, Mariscal Göring ha tomado la palabra para dar las gracias al Führer y al Ejército Alemán por todo lo que han hecho por la lucha actual, agragando a continuación que el pueblo tiene una confianza inconmovible en el Führer y su Ejército: “Dios proteja al Führer. Dios bendiga al Führer y a nuestro Reich", ha concluido diciendo Goering. A continuación se ha levantado la sesión del Reichstag.
Es lebe der Führer Adolf Hitler! Führer befiehl, wir folgen Dir!