El de hoy es un post para la vanidad y el autobombo, y es que ya tenía ganas de enseñaros uno de los trabajos más interesantes en el que me he implicado en el último año. En el próximo verano se celebra en Madrid la Jornada Mundial de la Juventud, encuentro del Papa con los jóvenes que se celebra una vez cada tres años y para el que se esperan más de 2 millones de personas en la capital de nuestro país. Como es lógico, tal volumen de personas no se puede gestionar si no es con el uso de subsedes que se repartan la acogida de peregrinos y Valladolid será una de ellas.
Como anticipo a lo que vendrá en verano, Valladolid junto con el resto de diócesis de Castilla y León tienen preparados actos con relación a la JMJ y uno de ellos está siendo la visita de la Cruz de los Jóvenes y el Icono de María a cada una de estas diócesis. Fue allá por febrero, cuando desde Valladolid (yo me encontraba todavía en mi aventura americana) se me pidió el diseño de un cartel que promocionase estos actos. La propuesta me parecía de lo más sugerente, pues me suponía una oportunidad de refrescar un poquito la imagen de una institución tan resistente al cambio y a los aportes externos como es la Iglesia. Éste fue el resultado:
A nivel técnico quedé muy satisfecho con esta pieza, pues me permitió poner en práctica cosas que aprendí durante ese año y que ampliaron mi alfabeto visual como el uso de texturas creadas por mí mismo, sin necesidad de bucear en Internet hasta encontrar justo la que se adapte a mis necesidades, y el uso de materiales trabajados a mano con anterioridad a su digitalización e inclusión en la pieza final. Así, la textura de la tela es la de la sábana que tenía guardada en mi armario, que pude arrugar, doblar y colocar a mi gusto hasta conseguir justo lo que yo quería. Por otro lado, la apariencia de la cruz rasgada en papel la conseguí... pues justamente así, rasgando un papel y utilizando la forma que me había quedado como máscara de recorte en Photoshop. Una pequeña sombra y la tipografía adecuada y la pieza estaba terminada.
La segunda satisfacción ha sido a nivel personal, y es que junto con el cartel y en torno a su imagen, desarrollé una pequeña identidad visual que se ha aplicado en todo tipo de materiales (carteles, invitaciones, los cuadernos que guían la misa, camisetas...) que pude disfrutar el fin de semana pasado paseando por el centro de Valladolid. Además, parece que el diseño gustó y se ha importado a otras diócesis de la región como Burgos o Segovia que también lo han utilizado. Es un auténtico gustazo ver cómo se disfruta y agradece algo que has hecho con tus propias manos.