Los beneficios de difrazarse son muchos, infinitos diríamos nosotr@s, pero si hemos de reseñar alguno es que, como el juego, potencian la creatividad, la imaginación, y hacen que sus fantasías se tornen tangibles, siendo el día de carnaval un pretexto ideal, ¿no creeis? Disfrazarse, como el teatro, les permite manejar sus emociones, comunicarse desde otra realidad y desde otro yo, promoviendo distintas capacidades transversales como son la capacidad de empatía, de negociación, de mediación, de comunicación, y la reafirmación personal. Todas ellas habilidades que les serán muy útiles para desenvolverse en la vida.
Si además, aprovechando la coyuntura salpicamos de DIY el momento “creación disfraz” obtendremos como añadido una potente base en la eco-educación que queremos darle a nuestros hijos, su disfraz como parte integrante de su imaginación, de su creatividad, potenciando aspectos de concienciación medioambiental y contribuyendo a una satisfacción plena por haber realizado y customizado su propio disfraz de carnaval con talante sostenible…
Y Marina… Marina siempre está en la luna [*]… quieres que tu peque le acompañe en ese viaje?
[*guiño al libro de thule ediciones: “marina está en la luna”]