El museo consta de cuatro plantas, y se necesita tiempo para poder verlas con el suficiente detenimiento. En la planta inferior están los fósiles estrella de las excavaciones, Elvis (una pelvis) que es la más completa del registro fósil, Miguelon (el cráneo de un Homo Heidelbergensis) y también podemos encontrar a Excalibur, que no es un fósil, sino un biface tallado en cuarcita roja. En esa misma planta puedes jugar a intentar encontrar pequeños huesos entre un mar de piedrecitas así puedes hacerte una ligera idea de en que consiste el trabajo en la excavación. La siguiente planta está dedicada por completo a la evolución, con un especial hincapié en la especie Homo Sapiens, tal vez lo más llamativo de dicha planta es la sala en la que están colocados en círculo unas increíbles reconstrucciones de distintos homínidos, son tan realistas que parece que cuando menos te lo esperes se van a bajar del pedestal en el que se encuentran. La siguiente planta se dedica a los primeros pasos de la evolución cultural, cuando se empezaba a trabaj
Pero lo mejor es que si quieres además de visitar el museo te llevan al yacimiento y al parque arqueológico. En el yacimiento te cuentan un poco como trabajan, y te hablan de algunos de los descubrimientos estrellas, y que hemos
En resumen, una experiencia que merece la pena, no sólo se aprende sino que además se disfruta, los que dicen que el conocimiento científico es aburrido es que no se han pasado por el Museo de la Evolución Humana.
Ismael Pérez Fernández.