«Me acuerdo de una leyenda escandinava -dijo finalmente-. El rey y sus guerreros se sientan alrededor del fuego en una oscura y larga sala. Esto sucede de noche, en invierno. De pronto, un pajarito entra volando por una puerta abierta y sale por otra. El rey observa que ese pájaro es como el hombre en el mundo: llegó volando de la oscuridad y a ella se dirigió y sólo un momento permaneció en el calor y en la luz... "Majestad -replica el más viejo de los guerreros-, el pájaro no se pierde en las tinieblas y encuentra su nido..."»