Dismaland y otros parques raros

Publicado el 27 agosto 2015 por Srabsenta @srabsenta


¿Qué aspecto tiene Banksy? ¿Qué edad tiene? ¿Es un hombre, una mujer o quizá un colectivo de artistas? No hay respuesta a estas preguntas porque nadie lo conoce. Bueno, por fuerza habrá quien lo haya visto pero mantiene el secreto. Lo que sí es cierto es que es el artista urbano más cotizado del momento. Sus obras, han llegado a ser vendidas en las subastas por valor de unos 100.000 euros. 
Si paseamos por las calles de Barcelona  vemos mucho arte urbano: Francisco de Pájaro - art is trash -, B-Toy, Konair, C215, Alicé, Clet Abraham… Pero ni rastro de Banksyaunque, en su día, pasó por la ciudad y decoró a su manera la estatua del dios Hermes de la Llotja d’Arts i Estudis y el hábitat de los pingüinos del zoo. En la calle no queda constancia de ello ya que fue borrado de inmediato por la brigada municipal pero sí que aparece en su libro Wall and piece. Esto ocurrió en el 2003, cuando era un grafitero lejos de convertirse en la celebridad que es ahora.

Estos días Banksy es noticia por su última creación: Dismaland. Un parque temático efímero (cerrará el 27 de septiembre) ubicado en la costa oeste del Reino Unido donde antes hubo un parque de atracciones caído en desgracia que se llamaba Tropicana.

Definido por el propio Banksy como un parque de atracciones para anarquistas principiantes,  Dismaland es fascinante para mí. Parece un lugar siniestro, dejado y abandonado donde se supone que trabajan unos personajes de cuento decadentes.  Aquí, el castillo de Cenicienta está medio en ruinas,  la noria es vieja y desvencijada y todo parece rancio. Por otra parte, en el recinto se  exponen obras del propio Banksy, Damien Hirtsy los españoles Paco Pomet (de quien soy muy fan) y Escif, además de otros 50 artistas internacionales.

Dismalandno es el único parque raro en el mundo sino que hay más. Por ejemplo,  Holy Land Experience (Orlando, Florida) dedicado al cristianismo con atracciones que recrean las escenas de la vida de Cristo y que no escatiman en las torturas. 

Foto: http://www.holylandexperience.com/


Otro que me ha llamado la atención es Soviet Bunker y, por el nombre, ya os podéis imaginar de qué va. Dicen que sus empleados son antiguos interrogadores que formaron parte del ejército. Las atracciones consisten en aprender el himno soviético, sufrir interrogatorios desagradables y experimentar con la sensación de estar en el interior de una cámara de gas.

Foto: http://sovietbunker.com/en/

En el parque de atracciones del Tibidabo, a principios del siglo XX existía el Museo de la Guerra que recreaba situaciones de combate de la Primera Guerra Mundial. Allí, por 50 céntimos, los barceloneses podían experimentar la sensación de participar en ella.

Tiger Balm Garden (Singapur) parece espeluznante. Fue inaugurado en 1937 para enseñar valores tradicionales chinos a base de estatuas y dioramas tan tremendos como el de los 10 tribunales del infierno.

Diorama de los 10 tribunales del Infierno

De todos modos, no es necesario viajar a la China para ver dioramas tenebrosos. Solo con subir al Tibidabo y visitar el museo de los autómatas ya es suficiente. Y si el Tibidabo os da pereza siempre podéis ir a la iglesia de Sant Just i Pastor (en el gótico) y contemplar las almas del purgatorio. 

Hubo un tiempo en que Coney Island tuvo tres parques de atracciones: el que aún se conserva, más Luna Park y Dreamland. En este último, se realizaban espectáculos con tintes dramáticos y moralizantes del tipo recreaciones del fin del mundo.

Espectáculo en Dreamland

Dreamland recibió la visita de Sigmun Freud en 1909 pero, por lo que cuentan las crónicas, al padre del psicoanálisis el sitio no le hizo ni fu ni fa. Luego, dos años después, el parque se quemó de forma accidental. Posteriormente, los miembros de la Sociedad Psicoanalítica Amateur de Coney Island lo quisieron reflotar, cosa que no llegaron a conseguir. Esta era una sociedad nacida para explicar la teoría de la formación de los sueños de Freud. Querían construir un parque temático donde las atracciones reprodujeran los sueños que ellos tenían, tal como hacían con las películas que filmaban.