Disminuir la velocidad al encontrarse con un radar móvil

Publicado el 26 mayo 2016 por Elblogderamon @ramoncerda

¿Qué es lo que ocurre al disminuir la velocidad si nos encontramos ante un vehículo radar? Por experiencia propia sé lo que les molesta a los señores de Tráfico que se detecte su presencia. A ellos les gustaría pasar más desapercibidos, pero cuando uno lleva ya millones de kilómetros a la espalda, siempre tiene más posibilidades de verlos. El problema es que eso genera un sentimiento de frustración en los agentes que solo pueden remediar de una manera: multando, eso les genera una dosis de dopamina que los relaja y a alguno hasta le arranca una sonrisa.

Disminuir la velocidad ante un radar también tiene regalo

Cuando ocurre una cosa de estas, harán todo lo posible por multar. En 2014 ya conté un par de casos parecidos que me habían ocurrido personalmente. Esta vez es más de lo mismo, aunque no me ha ocurrido a mí. El hecho denunciado:

REDUCIR CONSIDERABLEMENTE LA VELOCIDAD DEL VEHÍCULO SIN ADVERTIRLO PREVIAMENTE AL PERCATARSE DE QUE EL VEHÍCULO A ADELANTAR ES EL RADAR. NO SE NOTIFICA POR TOMAR OTRA DIRECCIÓN.

Ante una multa de este tipo, uno se hace múltiples preguntas:

Disminuir la velocidad al encontrarse con un radar móvil también tiene multa

1.- ¿Para qué quieren el radar si cuando no hace la foto multan igual?

2.- ¿A qué se refieren con eso de «sin advertirlo previamente»? ¿Cómo se advierte previamente que uno va a reducir la velocidad? El reglamento habla de señalizar con las luces de freno o con el brazo. Se supone que si el vehículo radar iba delante, difícilmente habrá podido ver las luces de freno. En el hecho denunciado nada dicen de que se haya puesto en peligro a ningún otro vehículo, solo que ha frenado «sin advertirlo».

3.- Si tanto redujo la velocidad el denunciado, ¿cómo justifican no haberlo notificado por el simple hecho de «tomar otra dirección»? ¿Tan difícil era pararlo y hacer las cosas bien?

4.- ¿Qué sistemas llevan para detectar este tipo de cosas tan subjetivas?

En definitiva, una más, como tantos miles de multas abusivas y sin sentido, muestra de la frustración del cuerpo.

Ramón Cerdá