Disparan y van y le dan a van…

Publicado el 25 octubre 2011 por El Tridente

¿Les gusta la historia? A mí solo si no me la tengo que estudiar. En secundaria era malísimo en las asignaturas de Geografía e Historia. Aún hoy creo que el ‘Peloponeso’ fue un famoso Centro de Belleza y no una península griega situada al sur de Grecia o que el Cardenal Richelie era un tipo de hematoma muy conocido en Francia y no que este señor fuera ministro del rey francés Luis XIII.

Pero ahora me alegro de seguir desconociendo muchos aspectos de la historia porque realmente si llego a aprenderme todo lo que pretendían enseñarme, habría tenido hoy en día que volver a estudiar. ¿En qué me baso para proferir tan atrevido comentario? Pues que si de repente se saca a la luz, y tras muchos años, una versión diferente de lo que pudo haber sido la muerte del pintor neo-impresionista holandés, Vincent Van Gogh, ¿qué hago con la idea de que éste se suicido? ¿La elimino de mi cabeza y ya está?

Al parecer la nueva versión sobre la muerte del pintor, y que se refleja en el libro “Van Gogh: la vida”, de los estadounidenses Steven Naifeh y Gregory White Smith, expone que éste murió por culpa de una bala perdida de un joven, amante del lejano oeste, amigo además de Van Gogh. Según relatan los autores de la obra, el artista se encontraba pintando en un campo de trigo cuando fue alcanzado en el pecho por una bala del revolver que el joven manejaba y que se disparó de manera accidental.

La teoría de que Van Gogh se suicidó, se basó en que el mismo pintor para evitar incriminar al joven que le había disparado, respondió cuando alguien le preguntó si se había querido suicidar: “Creo que sí”. Parece que no lo tenía claro, pero sobre esta nueva versión hay que apuntar que al parecer, nunca encontraron el arma en cuestión, por lo que se duda mucho de lo que en realidad ocurrió.

Por eso discrepo mucho de la historia en general, de cómo fue y cómo ocurrió ya que ahora mismo podríamos conocer una nueva versión de la muerte de Kennedy en la que se afirmara que su asesino,  Lee Harvey Oswald, mató al presidente norteamericano sin querer mientras veía el desfile y limpiaba su rifle en la ventana. O que la Reina Consorte de Francia, María Antonieta, fue guillotinada por error mientras comprobaba cómo funcionaba la guillotina y que el artilugio la dejó sin nada sobre los hombros por meter la cabeza donde no debía.

Así que la historia real es la que conocemos día a día y la otra no dejará de seguir siendo un relato contado por alguien a saber con qué interés porque siempre habrá dos formas de contar la Historia, la oficial y la verídica.

Esta es la crónica habitual, de un día como otro cualquiera…