¡DispeNsense! ¡No se me junten!

Publicado el 12 abril 2012 por Rgalmazan @RGAlmazan
Nos están puteando con una reforma laboral que te deja en la calle por tres euros. Nos están subiendo impuestos y enflaqueciendo la sanidad y la educación pública, mientras que se ayuda a los bancos y se amnistía a los defraudadores.
Pero eso parece que es sólo una parte de un Estado nuevo que este Partido Popular quiere instaurar: El Estado del miedo, porque no sólo nos están desmantelando los derechos laborales y cargándose el Estado del Bienestar. Además están entrando en un tema tan peligroso como el que atenta contra los derechos y libertades públicos.
La incapacidad de este gobierno y su policía por identificar a esos profesionales de la gresca que, a veces, aparecen en las manifestaciones numerosas, ha servido de excusa para generalizar medidas que hurtan derechos fundamentales que recoge la Constitución, esa que tanto adoran cuando les interesa: el derecho de manifestación y el derecho de huelga.
Cuidado si se aprueba lo que Interior y Justicia pretenden, porque el hecho de tener una oposición pasiva (pacífica, sin atacar) será un delito. O sea sentarse en la calle protestando, puede provocar no sólo que te gaseen y te disparen pelotas de goma (por cierto, con consecuencias tan graves como lo ocurrido en Bilbao), sino que puede que te condenen a la cárcel, hasta cuatro años.

También será delito convocar a manifestaciones “violentas” desde Internet, por pertenencia a organización criminal.. ¿Quién dirá lo que es violento o no? ¿Ir contra medidas del gobierno es violencia?
 
Este gobierno está propiciando un Estado policial, un estado donde manifestarse, concentrarse, protestar u organizarse contra ellos pueda significar un delito de cárcel. Con amenazas y comportamientos intimidatorios están tratando de cargarse derechos básicos. La anulación de estos derechos puede ser inconstitucional.
Quieren tapar todos los agujeros. Una vez que su mayoría absoluta les permite pasar el rodillo en el Parlamento, ahora quieren parar la otra oposición, la de la libre expresión de los ciudadanos, la de la calle.
Se trata de recuperar un Estado anterior, basado en el miedo a todo y cortando todas las posibilidades de reacción ante el poder. Cargándose hasta el recurso del pataleo.ç
Un Estado que recuerda al que tenía en su cabeza el fundador del Partido Popular, Manuel Fraga, un Estado preconstitucional de corte fascista.
Por cierto, si hay algo que no se ha cortado en los presupuestos han sido las provisiones de armas de defensa del ministerio del interior, como gases lacrimógenos y pelotas de goma. A pesar de que estas últimas han provocado la muerte de un joven en Bilbao por disparo de las fuerzas del orden. Sin olvidar que están prohibidas en toda Europa, a excepción de Grecia y de Portugal, además de España.
En fin, un peligro legislativo que hay que parar, que de salir adelante significaría un grave precedente, y la vuelta atrás en materia de orden público, a tiempos preconstitucionales. No podemos consentir que con estas reformas laborales, fiscales, sociales, económicas, y ahora jurídicas y penales, nos retrotraigan a épocas que deberían estar superadas y pongan en peligro la débil democracia conquistada a lo largo de más de treinta años.
No se me olvida que allá por el año 75, poco antes de la muerte del genocida, en una concentración –no recuerdo el motivo--, el sargento que teníamos delante, gritaba repetidamente y a la desesperada, en la Calle Princesa de Madrid: ¡Dispensense! ¡No se me junten!, un minuto antes de atacarnos con porras, gases y pelotas de goma. ¡Pues eso!
Salud y República