Clasificación: Novela
Editorial: Alfaguara / Penguin Random House
Cada obra, sea poesía, novela o ensayo tiene sus claves de lectura aunque en algunas se encuentren con cierta facilidad y en otras, a veces por ser muchas las claves o por ser un autor poco estudiado por quien lo aborda o por tratarse de una obra en la que se encara un cambio de estética, se complica bastante la cosa.
En la novela que hoy recomendamos, Distintas formas de mirar el agua, de Julio Llamazares –Editorial Alfaguara / Penguin Random House- he detectado una clave que me ha resultado tan evidente que entiendo que más que una más, es la clave para leer estas formas de mirar el agua.
Se trata de una referencia bastante clásica a estas alturas, Akhenaton, de Naguib Mahfuz –que obtuvo el Premio Nobel de Literatura en 1988- En esa novela varios personajes allegados al faraón relatan cómo era este, las posibles causas de su asesinato, quiénes podrían ser sus amigos y quiénes sus enemigos…
Más reciente, encontré un enfoque similar en Bailes de medio siglo, de Martín Sotelo. Un relato en el que también varios testigos afrontan el relato de una muerte desde su óptica personal.
Todas estas obras nos remiten remotamente al perspectivismo de Don Quijote. ¿Recuerdan aquello de que lo que para unos eran molinos para otros eran gigantes o lo que para unos era una vacía de afeitar, para otro era el Yelmo de Mambrino? Pues la idea se repite en este tipo de obras en las que varios personajes enfocan a un personaje o unos hechos, desde distintas perspectivas. Esa era la idea cervantina que de vez en cuando se recupera en obras que dialogan con aquélla.
En el relato de Llamazares encontramos que la muerte del patriarca familiar provoca la vuelta a su aldea natal. Una aldea de la que hubo que emigrar después de una expropiación masiva y forzosa provocada por la creación de un pantano que dejó todo inundado.
También se cita otra referencia evidente y clave para la interpretación del relato, La Odisea, de Homero. Es una referencia básica ya que la vuelta a la aldea natal enlaza con el relato de Homero en el que Ulises regresa a Ítaca tras varios años guerreando. Una vez muerto el protagonista e incinerado se produce el regreso de toda la familia para esparcir las cenizas del abuelo. Esa fue su decisión, no volver allí hasta que muriera para que le llevaran a descansar con los suyos.
Cada capítulo desarrolla en unas pocas páginas la vivencia de cada personaje con el protagonista. Todos coinciden en puntos básicos de la personalidad pero cada uno le da su enfoque personal, cada cual pone el foco de atención en los aspectos que más le han llegado de la misma persona.
La última clave que vamos a compartir es la seña de identidad de la literatura de Julio Llamazares. Un autor al que buscamos por su forma de relatar la despoblación del mundo rural, por su empatía y sensibilidad para con aquellas gentes y por cómo es maestro en transmitir sensaciones y emociones de un mundo que está en auténtico peligro de extinción. Si usted ya ha leído al autor y le ha gustado no tengo ninguna duda de que disfrutará el libro.
Formalmente, es un libro muy Llamazares también. Las páginas justas para que se pueda considerar novela, la expresión propia del autor, esos azules de tan buen gusto que ya me encantaron en El cielo de Madrid, ese azul viene de la imagen de cubierta y de unos celestes de tono pastel en los que el cielo casi se une con el agua separados por la estrecha línea de la orilla sobre la que camina la familia de este auténtico patriarca que fue Domingo. Que la disfruten.
Adolfo Caparrós Gómez de Mercado