Ese reclamo de igualdad lo siento más como una forma de lavar culpas de aquellos que ven que no todos están en las mismas condiciones pero les gustaría que así sea. Todo en modo condicional, apenas una vía de escape de la realidad misma que se encarga de dejarnos patente la unicidad del individuo y sus capacidades.
Sos un distinto. Y será indistinto el enojo que asumas para reclamar la igualdad, porque lo que no es cae en costal vacío, y da paso a los que sí quieran afirmar su verdad, irrepetible, aquí y ahora, sin igualdades que sofoquen la asunción de que lo que digas y hagas será producto de tu especial perspectiva. Única, y desde allí ideal. No falta nada, es la hora de animarse.