Qué distintos son los Chiquininis, qué carácter tan diferente tienen siendo hermanos, digo y repito y aburro. Qué poca memoria tengo, y qué pocos videos grabo, tendré que añadir.
Oh, sorpresa, aún siendo cierto que son diferentes, hay muchas cosas en las que los Chiquininis se repiten. Resulta que me da por leer algunas entradas del blog escritas cuando el mayor era como es ahora Chiquinina y…
¿Qué pedía él siempre antes de dormir? - Tete y Lolo (el chupete y su peluche)
¿Qué dice su hermana? - Tete y Bubu
Y como esas, otras similitudes:
- Hablar en sueños. Lo peor es que Chiquinina grita "mamá, mamá!" y me hace levantar y correr a su vera,verita,vera para descubrir que está como un tronco, soñando.
- Madrugar, madrugar y madrugar. Grrrrr!
- No querer irse a dormir bajo ningún concepto. Todas las noches la misma cantinela y paciencia infinita.
- Seguirme a todas partes como un polluelo, intimidad cero; y ojo con moverse por la casa a toda leche porque sin querer te la llevas por delante. Te giras, y ahí está. Mamáááááááá!
A parte de esto, estaría la lista "cuáles eran tus cosas favoritas cuando casi tenías dos años" donde podemos incluír para ambos:
- Ir andando ( eso sí, sin perder de vista mi silla, diría Chiquinina, que no deja que nadie toque su silla y se asegura siempre bien de que no nos la olvidemos y/o la perdamos).
- Hacerlo todo en modo yo solit@( y como yo quiero), poniendo a prueba la paciencia de sus padres una y otra vez. A este modo Chiquinina le ha añadido su especialidad: el decidir también cómo tienen que hacer las cosas los demás, y los bocinazos en modo castrense, así que la hemos rebautizado en casa como Lamerkel.
Por último tenemos otra novedad introducida por la pequeña: quiero hacer todo, todo y tooooodo lo que hace mi hermano. Esto es el modo yo també o a míííííí.